- Llevo más de media hora aquí esperando a que despertaras -dijo una voz que provenía de mi espalda-. Expertos dicen que cuando estás durmiendo y alguien te mira, el cerebro suele reaccionar despertándote, se llama Scopaesthesia, claro que no es tu caso.
Me volteé para distinguir quien era la persona que me había sacado de mi profundo sueño.
Caden se encontraba a mi lado con los brazos bajo su cabeza, se veía cómodo acostado en mi cama, llevaba su pelo grisáceo desordenado, su camiseta del mismo color se mimetizaba con el color de su piel, pero el negro de sus pantalones chocaba a la vista, haciéndolo ver más pálido de lo que era. No se como no me di cuenta de su presencia, sí había oído de ese experimento, pero creo que mi cerebro y yo estábamos agotados como para que nos importara el mundo.
Después de la conversación con Miles de que debíamos ser amigo y que todo resultaría de fábula como si nunca hubiéramos sido "algo", me había acostado en mi pieza para conciliar el sueño, pero se me daba fatal, no dejaba de pensar en los dos chicos que ponían mi mundo de cabeza, Miles por su lado con lo de nuestra relación y Caden con lo que existían las oportunidades.
- Idiota... -llevé mis manos hacia atrás de mi cabeza y saqué la almohada para luego ponérsela en la cara.
- Sabes que no me puedes ahogar, ya que prácticamente no respiro, simulo hacerlo -dijo tranquilamente.
Solté mi agarre y arrojé la almohada a un lado de la cama. Mis intentos fueron en vanos.
- ¿Que quieres? -dije mientras me incorporaba hasta quedar sentada en mi cama, pude ver en el reloj que eran las 3:45am-. Mira la hora... -maldije mentalmente el momento en que quede reunirme con él.
- Levántate -dijo tendiéndome una taza de café-, vamos a buscar a Amy y necesito que llames a tus amigos.
~•~
Veinte minutos después estaba fuera de mi cama con unos jeans negros hasta la cintura, una camiseta gris y unos botines negros. Ya me acostumbraba a vestirme de esta forma tan lúgubre.
Miles y Cordelia llegaron a los minutos después desde que los llamé, Caden los necesitaba para su plan, dijo que mientras más manos mejor sería, pero yo sólo quería mantenerlos lo más al margen posible de esta situación, pues si salían heridos eso sería mi culpa y no me lo perdonaría de ninguna manera, sin embargo aún así necesitaba que vinieran, pues aún no era lo suficientemente fuerte. Al principio pensé que Miles se negaría cuando mi amiga, la que apenas había aceptado venir, lo llamara para que nos acompañara, pero me llevé la sorpresa de que si vendría, creía que era para compensar lo de ayer.
Luego de varios minutos planeando a donde iríamos primero decidimos por tomarnos las manos y trasladarnos hasta el Mondo Morto. Hace tiempo no lo hacía y estaba realmente asustada, no quería que todo terminara como la otra vez, pero esta vez Caden se había ofrecido a ayudar. El día allí era nublado y helado, como siempre, pero para nuestra suerte andábamos abrigados. Miles tuvo que ponerse una gorra que cubriera su pelo castaño rubio, a diferencia de Cordelia quien se lo dejó suelto, debido a que tenía el pelo negro.
- ¿Ahora a donde? -habló Cordelia, tiritaba de frío y miedo, todo era tan ajeno en ese lugar, además le preocupaba el hecho de volver a estar ahí.
- Donde Los Mayores, eso es a aproximadamente unos treinta minutos de viaje a pie. Es una enorme construcción, donde se encuentran distintos archivos y cosas relacionadas a los Deshabitados.
Ya llevábamos más de diez kilometros caminando y el tiempo nos pisaba los pies. Nos fuimos por un bosque que se encontraba detrás del parque en el que habíamos estado días atrás. El lugar era poco agradable, los arboles grises al igual que el resto de la vegetación no proporcionaban seguridad, el suelo era irregular cada cierto rato tropezábamos con ramas o piedras. Tomamos ese camino debido a que por ahí nadie nos vería, no queríamos correr el riesgo de que descubrieran que éramos vivientes.
ESTÁS LEYENDO
Deshabitados
Ficção AdolescenteTodo cambió, sin derecho a reclamar. Para Alexa ya nada a sido lo mismo después de cuatro años del accidente, incluso no le importó tener que vivir con lo que le tocó. Pero las cosas siguieron, y seguirán, cambiando y ahora muchos dependerán de ell...