Capítulo 32

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- Libraremos de esto a Miles y Cordelia -dije molesta.

- Nosotros decidimos Alexa, no puedes tomar la decisión por nosotros -Miles fue él que se atrevió a cuestionarme.

No era para nada una buena idea que Miles y Cordelia quisiesen unirse a nuestro consejo, por que primero eran simples y corrientes vivientes, no pertenecían a ningún linaje de personas pertenecientes a los Temik, esta no podía ser su lucha, era nuestra. Habían tomado la idiota decisión hace un par de días mientras algunos nos recuperábamos de la pelea y la traída de Amy y Caden.

Al principio se creyó que había perdido el Don, Amy no poseía nada y era muy temprano para averiguarlo con Caden, aún seguía mal. Luego de unas pruebas conmigo descubrimos algo, el Don era una fusión de mi vida. Lisette tenía razón, era lo que me mantenía con vida, de alguna forma había conseguido mezclarlo con mi vida, mi alma. Todo era solo uno, así que mientras yo estuviera viva el don lo estaría, creíamos que este fue el último traspaso, ya no llegaría a nadie más.

- Nunca han peleado ni están entrenados -continúe con mis argumentos-. Todos acá comenzaron a los cinco años, tienen experiencia en el área.

- Tú llevas menos de un año amiga -mencionó Lia.

- Posee el don, no necesita mucho más -tercio Patrick a mi lado, pero en realidad secretamente el apoyaba que Miles y Lia se unieran-. Creo que deberíamos ponerlos a entrenar y ver que tan lejos llegan mientras pedimos refuerzos desde las otras centrales.

- Es una pésima idea.

- Entonces está decidido -finalizó Patrick-. Parten mañana su entrenamiento junto Sam y Alexa.

- ¿Es una broma?

Patrick salió de la sala que se me había otorgado para reuniones, era más una especie oficina con un gran escritorio de madera blanca rodeado de dos libreros que contenía los datos más importantes de los Vivientes y Deshabitados.

Cordelia y Miles sonrieron triunfantes mientras salía indignada de mi sala detrás de Patrick. Él caminaba lento y confiado por las escaleras hacia la plata inferior en donde Amelia y Emma estaba reunidas. Con respecto a eso, Emma había querido disculparse conmigo, pero por ahora prefería mantenerla al margen de mi vida y mis decisiones dentro de los próximos días.

- ¿Desde cuando tomas mis desiciones Patrick? -dije alcanzándolo justo en el último peldaño.

- Piénsalo de la siguiente forma -terminó de bajar y me indicó que lo siguiera-. Solo entrenarán así estarán tranquilos y no te molestarán, pero ambos al final del día sabremos que ellos no entrarán con nosotros. De nada.

- Oh...

Patrick siguió caminando a mi lado hasta que llegamos hasta la sala de Elliot en donde estaba él con Amelia, Emma y otra mujer más.

Llevaba su pelo negro recogido en un tomate perfectamente amarrado. Sus hombros rectos cargaban en peso de una blusa blanca que combinaban con sus pantalones azules y sus tacones negros, estaba igual a como la había visto esta mañana.

- ¿Mamá? -dije incrédula al verla por primera vez cerca de algo que fuera de mi mundo.

- Alexa, cariño -Christina se volteó y me dedicó au mejor sonrisa de madre-. Que bueno que te encuentro.

- ¿Qué haces acá? Si querías hablar conmigo solo necesitabas llamarme, hoy iba a volver a casa...

- No Alexa -habló Elliot-. Tú madre vuelve a tomar su puesto dentro del consejo.

Gran broma. No podía ser verdad, llevaba veinte años sin ningún contacto con lo que se refiriese al mundo de los Deshabitados y ahora no era el momento de hacer una aparición heroica. Sabía que nos faltaba gente por reclutar, pero no estaba tan desesperada como mandar a llama a mi madre.

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