Capítulo 26

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- Él está arriba -dijo Sam-. ¿Porqué quieres hablar con él?

Sin responderle, seguí mi camino hasta su despacho. Lo necesitaba más que nunca, más ahora que sabía que solo intentaba protegerme del mal que mis padres intentaban evitarme y que habían fallado.

Recibí una señal afirmativa después de que toqué su puerta, por lo que procedí a entrar sin ninguna duda sobre lo que planeaba hacer. Estaba solo en la habitación sentado tras su amplia mesa, la cual utilizaba como escritorio, en donde los papeles y lápices yacían sin un orden primordial, parecían esparcidos aleatoriamente.

- Alexa, no te esperaba a estas horas -mencionó algo sorprendido al notar que había sido yo la que osaba a interrumpirlo.

- Necesito que seas mi mano derecha.

Patrick se levantó lentamente de su silla haciendo fuerza sobre sus manos las que mantenía apoyadas en los bordes de su escritorio. Llevó luego, una mano a su cara reflejando un semblante agobiado, claramente esto no era lo que esperaba, ni menos de mi, ya que no era precisamente una persona de su total agrado.

- Alexa mejor vuelve mañana cuando tus ideas sean claras, ahora...

- Esto es lo que quiero Patrick -dije mientras me acercaba a su mesa-. ¿Cuándo pretendías decirme que tu odio era a causa de una antigua promesa hecha a mis padres?

Él abrió lentamente los ojos, procesando cada palabra que le entregaba, ya que claramente o esperaba tal confortación, ni yo sabia de donde había sacada las fuerzas para hablar con alguien que me odiaba desde el momento en que crucé la puerta de esta casa comunitaria en donde Amelia mantenía a los Temiks.

- Yo... No sé qué decir ¿Porqué sabes esto? -no fue necesario ni una explicación, él supo unir solo los puntos de la situación-. Tu madre nos debe odiar.

Inesperadamente Patrick comenzó a acercarse hacia mí para acogerme entre sus fuertes brazos. En otra ocasión hubiese llorado, pero ya no lo necesitaba, conocía y manejaba otras formas de manejar mis emociones en donde no me viera tan vulnerada. Estaba levemente agotada de ser pasada a llevar y por eso desde ahora necesitaba alguien que me apoyase sin tener sentimientos encontrados como sería con Caden, con el que aún debía solucionar algunos problemas.

- ¿Porqué yo? -dijo Patrick mientras se separaba lentamente, aún envolviéndome en un acto paternal.

- Por que eres él único que opinará objetivamente sobre mis acciones y no me dejaría morir, o eso espero. Además creo que sería lo mejor dado que mi madre confía plenamente en ti.

Patrick sonrió lentamente y depositó un beso sobre mi cabeza. No era mala persona solo quería hacer lo que mis padres estimaban correcto, aunque ya era bastante tarde. Desde un principio había intentado protegerme, quizás no de la manera correctamente ya que no fue nada grato para mí sus constantes evasivas o malas pasadas, pero ya todo estaba solucionada, o eso planeaba hacer.

- Tu madre me matará si acepto ser tu mano derecha.

- Más lo sería si no lo aceptaras.

Un último abrazo marco su decisión frente a lo que se nos vendría ahora.

~•~

No me había dado cuenta en qué momento había comenzado a llover, ni menos a nevar después de unos minutos, por lo que decidí quedarme en casa de Amelia por la noche e caso de que la tormenta empeorará en el trayecto a casa. Durante las horas que hablamos con Patrick una gran tormenta se había desatado provocando el cierre de varias calles que probablemente conectarán con mi casa.

DeshabitadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora