Un Amor Sin Limites.

Te lo dije Andrea!

Después de 3 horas de dormir, fue mi prima Emma a levantarme, teniamos planeado ir al cine pero con tantas cosas en la universidad lo había olvidado por completo, solo podría escuchar -Te lo dije Andrea! Sabia que te ibas a olvidar- lentamente salí de la cama, agarré unos jeans y una blusa rosa que tenía flores a sus alrededores, arreglé mi cabello castaño ondulado, estaba súper despeinado que termine haciendo una bolita en forma de cebolla, coloque unas sandalias rosas, y me dirigí a buscar las llaves del auto en una mesita que había puesto en la esquina de mi cuarto. Emma era como mi hermana, la amaba con toda mi vida, era preciosa, tenia una cinturita fina, sus senos eran pequeños, sus piernas eran cortas pero definidas, todo a causa de que hacia ejercicio, los ojos de Emma eran negros y sus cejas también, no eran ni gruesas ni muy finitas, sus labios siempre estaban rosaditos y su sonrisa siempre mostraba sus dientes grandes y blancos, Emma era una mezcla de sentimientos, ella era enojona, muy emotiva, nos contagiaba su sonrisa y su felicidad, todos los días tenia una ocurrencia, era una chica súper sociable y su cabellera me encantaba, era negra, siempre lo cargaba largo y lacio, era una mezcla de enojona, tierna y linda.

-Andrea, llamó Marliece, dice que si no te apuras no paga el canguil- Emma ha esperado un año para ver 50 sombras de grey es por eso que está tan desesperada, sólo es una película no es para tanto.

Fuimos en mi carro, Emma quería tirarse del carro, Marliece y yo la tuvimos que detener, pero ahora la entiendo, Dios!!! Cristian Grey es el hombre jodido más perfecto del mundo, creo que estoy mas enamorada de él que de James.

Terminó la función y nos dirigimos al norte de la ciudad en mi auto a comprar hamburguesas. Soy la peor persona del mundo comiendo hamburguesas, había regado todo el tocino y tenia salsa de tomate en mis mejillas, iba a limpiarme pero alguien me tomó de la cintura y cuando volteé a ver, comenzó a limpiar mis mejillas con un pañuelo suavemente y teniendo una sonrisa en su rostro, no sabía si estar feliz porque James estaba ahí, o sentirme apenada por como me encontraba.

-Hola Andreita, recuerdame no llevar hamburguesas a tu casa este fin de semana.

James estaba con una ligera sonrisa en sus labios, tenia puesto una camisa negra y unos jeans.

-Qué haces aquí?- en serio me ponía estúpida, estábamos en un lugar de comida y yo le preguntaba qué haces aquí.

-Vine a comer, a caso te pongo nerviosa?-

Era mi fin, como puedo ser tan obvia? Trágame tierra!!!

- No James, solo disfruto mi hamburguesa.

Soné tan segura que no podia creerlo, estoy sorprendida de mi misma.

-Si, me doy cuenta de eso, por cierto, estas linda hoy. Se acerco mas a mi, podía sentir su respiración cerca de la mía, no puede jugar conmigo, estábamos tan cerca que si alguno de los dos nos movíamos estaríamos besándonos.

-Solo intenta no comer por tus mejillas. Comento James mientras se alejaba con una sonrisa.

No puedes dejarme así, regresa y bésame!!!

-Tu le gustas, te lo dije Andrea.