Subí rápidamente las escaleras y doblé la esquina para llegar a mi habitación.
Abrí la puerta y entré cerrándola tras de mí con pestillo.Suspiré agotada y tragué saliva notando como sudor frío descendía por mi frente.
- No tienes buen aspecto.- Susurró una voz desconocida.
Me giré asustada y vi a Mace sentada en la cama con las piernas cruzadas.
- ¿Qué haces aquí? ¿Cómo has...?
- Eso no importa. ¿Se puede saber que demonios te pasa?
- Nada.
- No mientas, estás muy pálida.
Estás enferma.- Es un simple resfriado.
- Probablemente, pero deberías ir al médico.
- Nunca he ido y nunca iré.
- Katherine...
- Quiero que me cuentes que está pasando. ¿Por qué estoy aquí? ¿Por qué me tratáis diferente a las demás?
- Eso no es cierto.
- No solo yo me he dado cuenta. A mis queridas compañeras no les hace gracia que tenga un trato especial.
- Tendrán que acostumbrarse.
- Si no vas a decirme que ocurre, al menos háblame de Maximus McClaine.
Mace palideció de inmediato, empezó a ponerse incómoda y a jugar con sus dedos.
- ¿Quién te ha hablado de él?
- Eso no importa.- Repetí sus mismas palabras. - Quiero que dejes de ocultarme cosas.
- Solo sé que es el abuelo de Eliel. Qué mató a su propia hija y que ahora mismo está en un sarcófago.
- No me estás sirviendo de ayuda.
- Eliel no ha querido contarme nada más.
- No entiendo lo que sientes por él, es un demonio.
Resopló cansada y se sujetó la cabeza entre sus manos.
- Voy a contártelo, pero debes prometerme que irás al médico.
- Está bien.
- ¿Recuerdas ese término que encontramos en el liber prohibitoruom?
- ¿Alma?
- Sí. Yo soy la alma de Eliel y por eso no puedo separarme de él.
- No entiendo que significa eso.
- Alma es la palabra que se usa para abreviar alma gemela. Los vampiros tienen una persona que les complementa y es elegida por la naturaleza.
- ¿Así como una pareja?
- Exacto, su pareja de vida. En cuánto la ven saben que es su otra mitad y luego ya no pueden vivir sin ella. La aman más que a su propia vida, se convierte en su razón de existir.
- Por eso el libro hablaba de matar al alma para que el vampiro se suicidase...
- Yo soy su alma gemela y al principio estaba como tú, le odiaba, pero empecé a amarle tanto como él me ama a mí.
- Sí lo que dices es verdad, entiendo por qué estás aquí. Pero no por qué me dejaste tirada.
- Sabía que no querrías venir al castillo, por eso ordené que te llevaran comida, ropa y todo tipo de servicios. De sobra para que vivieras a gusto toda la vida. Y te mandé una carta, explicándote la situación y diciéndote que te quería.
- Nunca me llegó nada de eso, casi muero de hambre.
- Me enteré el día que llegaste aquí, alguien sabía que te estábamos mandando ayuda y la interceptó.
- ¿Quién podría haber sido?
- Solo los altos cargos vampiros y humanos sabían de mi estancia en el castillo, era obvio que iba a intentar mejorar tus condiciones de vida y alguien se aprovechó de eso.
Sé que odias estar aquí... Y que les odias a ellos pero... No puedes volver a casa.- No veo la razón.
- Porque si los aldeanos ven que ya no solo vuelves sana y salva, si no también bien alimentada, cometerán delitos.
- Puedo ir a la cabaña.
- Escucha... Es más complicado de lo que crees. ¿Sabes por qué los vampiros tienen fama de asesinar a las sirvientas?
- ¿Porque lo hacen?
- Porque lo hacían. Maximus ordenaba matar a todas las criadas una vez transcurrido el año. Pero ya no sucede porque está dormido, y al igual que Magnus y Mara, Dominik, Eliel, Erik, Khalid, Jackson, Ariel y... Hudson son buenos. El verdadero villano aquí es él, no los príncipes. Pero lamentablemente cuando despierte, todo volverá a ser como antes.
- ¿No se le puede parar?
- Es el vampiro más poderoso del mundo y todos los rebellium están muertos.
Él se aseguró de que no quedara ninguno.- Y respecto a lo que viste el otro día... Hubo una buena razón para hacer eso.
- Te escucho.
- Tú no lo sabes, te fuiste de allí demasiado rápido, pero el vampiro que mató Hudson, fué el que te atacó.
- ¿Qué?
- Sí...
- ¿Y por qué lo mataron? Quiero decir, ¿por qué la familia invicta se toma tantas molestias conmigo? Solo soy una mera classis inferioribus. Y no digas que tú se lo pediste, estuviste conmigo todo el tiempo.
- Pues... Les caes bien.
- Soy una humana de clase baja, eso es imposible, y literalmente me he pasado toda mi estancia aquí intentado irme.
- Sé que es difícil para tí, uno de los de su especie mató a tus padres.
Pero llevas muy poco tiempo en el castillo y ya te quieren.
Ayer Jackson me dijo que echaba de menos tus insultos tan originales.- No creo que pueda aceptarlos Mace, me cuesta no verles como monstruos.
Sobre todo a... Hudson.- ¿Qué ocurre con Hudson?
- ¿Prometes no decírselo a nadie?
- Estás enfadada conmigo, pero nunca has dejado de ser mi mejor amiga.
Todo lo que nos contemos es secreto, ya lo sabes.- Es raro... Me da miedo y a la vez no, le odio y a la vez no.
Le quiero cerca pero a la vez no.
Y eso no está bien, nada bien.- ¿Por qué no?
- No creo que mis padres se sintiesen orgullosos de mí ahora mismo.
- Tú guíate por el corazón.
- Mi corazón me dice que me quede y mi cerebro que salga de aquí cuanto antes.
- Soy consciente de que no puedes, ni debes confiar en los vampiros. En los nobles sobre todo, están aliados con Maximus y les parece bien todo lo que hace. Pero creo que los McClaine han demostrado que no tienen intención de hacerte daño.
¿Puedes intentar ser más amable con ellos?- Lo pensaré.- Susurré recibiendo una matadora mirada de reproche.
- Vale, vale... Lo intentaré...Me tiré sobre la cama y me metí entre las sábanas, el dolor de cabeza me estaba matando.
- Ahora vamos al médico.
- Más tarde, tengo la sensación de que si me muevo vomitaré todo el desayuno.
- Pues traeremos el médico aquí.
¿Tienes alguna preferencia?- No, pero dile a Khalid que venga, empezaré con ella a...
Creo que... Ha sido...
Quizás pueda llevarme mejor con ella para así dejar de temerla.- Genial, traeré a un doctor y a Khalid, se va a poner muy feliz cuando le diga que quieres verla.
Chilló emocionada mientras salía de la habitación a toda prisa.
- Sí... Genial...
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INVICTUS
Vampire¿Qué pasaría si todo lo que odias, se convirtiera en aquello por lo que darías la vida? ¿Qué sentirías si lo que te arrebató a tus seres queridos, ahora es parte de tí? ¿Qué pensarías si no pudieras resistirte al ser que causó tu destrucción? ¿Qué...