Fruncí el ceño y me removí perezosamente sobre la superficie acolchada en la que tan plácidamente estaba descansando. Tal y como suelo hacer todas las mañanas, me giré de medio lado para crujir y estirar la espalda, pero un peso muerto sobre mi pecho me impidió hacerlo.
Se me cortó la respiración cuando noté que algo; una mano, estaba agarrando firmemente mi trasero. Abrí los ojos de par en par y me sacudí repentinamente, haciendo que aquella persona alzase la cabeza algo desorientada.
Solté toda la tensión y aire retenido al descubrir que se trataba de Hudson, pues aunque la habitación estuviera a oscuras, su aroma y complexión física me ayudaron a reconocerlo. Sabiendo esto, volví a apoyar la cabeza en la almohada relajadamente, rodeé a Hud con mis brazos y enterré la nariz en el hueco de su cuello. Palpé su cabeza, la cual había vuelto a apoyarse sobre mi pecho, y deslicé los dedos entre los sedosos mechones de su cabello, haciéndole un pequeño masaje que nos deleitó a ambos por igual.
Sin embargo, este estado tan agradable duró lo que mi cerebro tardó en procesar la información.
-¿Hud? -murmuré confusa, mientras hacía el inútil intento de incorporarme.
-¿Mhm...? -balbuceó, restregando su mejilla contra mi pecho y aumentando la fuerza de su agarre.
-¿Cómo he llegado aquí...?
-Yo te traje -susurró con cansancio, restándole importancia.
-¿Eh? -Aparté su brazo para poder incorporarme, pero él reaccionó apretando más mi trasero y enrollando las piernas alrededor de las mías para que no pudiera moverme- ¿Cómo? ¿Cuando?
-Esperé a que tus amigos se durmieran y te cargué hasta aquí -respondió con suma tranquilidad.
-¡Ay no, Hud! -De haber podido, me habría llevado las manos a la cabeza-¡Le prometí a Dalton que estaría con él cuando despertase!
-¿Preferías dormir sobre una alfombra antes que conmigo?
-¡Claro que no, pero es lo que acordamos!
-Ugh..., -se dio la vuelta, haciendo que mi cuerpo quedara totalmente aplastado bajo el suyo. Prácticamente no podía ni respirar- ¿y qué? que se joda.
-No seas malo con él, tiene miedo. Solo necesita algo de tiempo para acostumbrarse. Es normal.
-Está haciendo sufrir a mi hermana, así que me importa una puta mierda lo que necesite. -Chasqueé la lengua e hice el intento de salir de ahí una vez más.
-¿Puedes quitarte? me estás aplastando.
-No.
-Hud, tengo que volver.
-No.
-Hud..., por favor.
-No. -Resoplé con fuerza y giré la cabeza hacia otro lado.
No podía verle de todas formas, pero así expresaba al mundo mi frustración.
-¡¿Qué se supone que tengo que hacer para que me dejes ir?! -Murmuré entre dientes, con sarcasmo.
-No voy a dejarte ir.
-¡De eso ya me he dado cuenta!
-Oh, venga ya..., ¿te has enfurruñado? -rio. Maldije una y mil veces esa risa, porque solo pude pensar en lo sexy que me había parecido.
-No. -Ahora fui yo la que dio esa respuesta tan seca.
Sí, me había enfurruñado. Y no porque Hudson quisiera que me quedase con él, (cosa que a mí también me apetecía), sino porque todo el mundo parecía haberse compinchado para ponerme las cosas difíciles. Quería ayudar a Dalton, pero sus sentimientos por mí solo provocaban dolor, tensión y malas miradas en el castillo. ¡Hago mi mayor esfuerzo, pero no puedo tenerlos a todos contentos! No soy capaz de encontrar la manera de contentar a unos, sin molestar a otros. ¡Y nadie pone de su parte! La pobre Khalid, únicamente.
ESTÁS LEYENDO
INVICTUS
Vampire¿Qué pasaría si todo lo que odias, se convirtiera en aquello por lo que darías la vida? ¿Qué sentirías si lo que te arrebató a tus seres queridos, ahora es parte de tí? ¿Qué pensarías si no pudieras resistirte al ser que causó tu destrucción? ¿Qué...