CAPÍTULO XCVII

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Este es, sin duda, el capítulo más largo hasta la fecha. Espero que os guste. :)

—Ey... ¿qué tal te encuentras, enano? — le susurré al oído con suavidad, consiguiendo que abriera ligeramente los ojos. Al verme ahí; sentada sobre el borde de la cama con un gesto preocupado y sosteniendo una bandeja con todo tipo de comidas, bebidas y postres, Dalton sonrió de medio lado y me indicó con un movimiento de manos que lo ayudara a incorporarse.

—Kath, de verdad, agradezco la preocupación, pero ya me has preguntado lo mismo tres veces en la última media hora. Ya te he dicho que estoy bien... Espera, ¿acabas de llamarme enano? —se rascó la nuca, confuso— ¿eres consciente de que soy mayor que tú? ¿y mucho más alto?

—¿Estás seguro de qué estás bien? —ignoré su último comentario— ¿seguro, seguro?

—Segurísimo. —sonrió ampliamente— ¿Todo eso es para mí? —señaló la bandeja, y ensanchó todavía más su sonrisa al verme asentir.

—Todo para ti.

—Gracias Kath, eres la mejor —murmuró justo antes de empezar a engullir sin control todos los platos que creí que podrían ser de su agrado: huevos revueltos, rosquillas, una macedonia de frutas, mousse de chocolate, agua con limón, zumo de naranja y un poco de té, tarta de manzana, tostadas con mantequilla y mermelada...

Habían pasado ya tres días desde que Dalton sufrió el ataque. No sabemos cómo hizo esa degenerada para salir del castillo sin ser vista, y Khalid se está volviendo loca tratando de averiguarlo. Ninguno de los hermanos ha podido hallar su identidad con el olor que dejó impregnado en la ropa de Dalton, pero sin duda la reconocerán si algún día vuelven a verla, o en este caso; olerla. La única pista que tenemos, la aportó Dalton hace dos días, cuando por fin despertó. Para bien o para mal, recuerda todo lo que sucedió esa noche y pudo decirnos las palabras exactas que le espetó esa mujer. Algo de que era la consejera más leal del rey Maximus, que estaba buscando venganza por su encierro y más locuras por el estilo. Eso hace suponer que podría ser una noble muy cercana al círculo de la familia McClaine, pero los chicos no tienen ni idea de quién podría ser, por lo que a lo mejor no es una persona tan importante como ella se piensa. Gracias a Lisa, no pudo hacer más que alimentarse de él y manosearle por encima de la ropa, pero igualmente no me quiero ni imaginar lo que debió sentir Dalton en ese momento, ni cómo debe de sentirse ahora al respecto: esa víbora intentó abusar de él en el único lugar del castillo en el que se suponía que íbamos a estar seguros.

Él parece estar bien y actúa como si fuera algo insignificante que no merece tanta importancia. Pero le conozco demasiado bien como para no saber que eso es una simple fachada. Solo espero que sea capaz de derribarla pronto, y que sepa que si algún día necesita hablar de lo que pasó, voy a estar ahí para él. 

Es muy triste, porque de estar en el poblado estoy segura de que todos sus "amigos" se habrían burlado de él. Y que Loren, muy probablemente, lo habría tachado de infiel.

Gracias al cielo ya no estamos allí.

Estaba sentada sobre la tapa del inodoro, contando una a una las monedas que había conseguido aquella fatídica noche. No tenía nada más entretenido que hacer, pues ya había ido a visitar a Dalton veinte minutos antes, y era el turno de Khalid de pasar tiempo a solas con él. Estos últimos días han estado muy unidos y eso se nota para bien en el estado de ánimo de mi amigo. Han hablado las cosas como adultos, algo que ambos deberían haber hecho desde hace mucho, y se han perdonado mutuamente. Ahora que son nuevamente amigos y están empezando a disfrutar el uno del otro, estoy segura de que no tardarán en anunciar una relación formal y en formar el vínculo. 

De todas formas, había quedado con Lisa para cocinarle a Dalton unas galletas de mantequilla, así que debía darme prisa si quería terminar de contar todas esas monedas antes de que ella llamase a la puerta.

INVICTUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora