'Mi espalda dolía como el infierno, no podía sentarme cómodamente en el asiento porque el estúpido corset me mantenía la espalda recta. Mire detenidamente a la castaña delante de mí, tenía una expresión de satisfacción indescriptible.'
—Te sientes incómodo, ¿Ian?
La chica con apariencia varonil dejo ver sus colmillos puntiagudos en una gran sonrisa.
"Ti siintis incimidi..."
'Rodé los ojos, estaba claro en todo mi rostro que me sentía como en el infierno por tener está cosa apretándome las costillas...'
—Nunca en mi vida te haré usar esta porquería...
El chico estiró sus brazos y dejo salir un suspiro ahogado.
—¿Gracias?
La ojiazul agradeció las buenas palabras de su hermano, pero de igual forma nunca dejaría que alguien le pusiera un corset al rededor de su esbelta cintura.
—Ah...
—Es mejor que se relaje, entre más este inquieto más le dolerá.
La chica a un lado de Ingrid hablo suavemente, su mano se levantó en el aire y acomodo uno de sus mechones color plata.
—¿Y por qué Elena viene?
Ian recargo su cabeza sobre la ventanilla del carruaje, hizo un pequeño puchero.
La morena levantó la vista y saco una daga de su antebrazo.
—Soy la escolta.
Balanceo un poco la daga en el aire para después volverla a guardar escondiendo la debajo de las largas mangas de su vestido.
—Está prohibido entrar al palacio con armas...
El castaño habló despreocupado.
Y amos hermanos sacaron al mismo tiempo unas dagas escondidas en sus ropas.—Pero... ¿A caso nosotros obedecemos las órdenes?
Ambos sonrieron antes las palabras del chico con vestido y volvieron a guardas sus armas entre sus ropas.
La peliplateada sujeto firmemente una caja de hermosa madera, está era inusualmente cuidada por la morena.
(...)
—Hemos llegado.
Abrió la puerta del carruaje el joven cochero, este extendió la mano hacia la morena, quien fue la primera en bajar, su vestido negro y plateado resaltó rápidamente.
Ingrid bajo después, ella fue quien le tomo la mano a Ian para que pudiera bajar cuidadosamente del carruaje.
Y ante sus ojos está el gran y majestuoso castillo imperial. Tan alto y grande que no bastaba verlo de frente, tenían que elevar en alto la cabeza para observarlo por completo.
—Esto es innecesariamente grande...
Menciono en una risita el chico quien tenía una mansión que se recorría por completo en más de 5 horas y una finca fuera de la ciudad tan grande como el palacio frente a sus ojos.
"Realmente es muy grande... Wooo"
—Vamos Ian, tenemos que ver a la Emperatriz antes del baile.
Elena le entrego cautelosamente la caja de reluciente madera a la castaña, ella la tomo con firmeza. Le extendió el brazo a Ian para escoltarlo dentro del palacio.
'Claro, tenemos que entregar esto... Mire los alrededores, todo parecía tranquilo, no había tantas personas, de hecho la gran mayoría de ellas eran soldados imperiales.
ESTÁS LEYENDO
Está Novela Es Muy Cliché, ¡Vamos A Ponerle Un Poco De Diversión!
De Todo-¡Que mueran! la muchedumbre aclamaba. -¡Traición al imperio! ¡Los demonios deben morir! En una sucia y fría celda subterránea dos chicos esperaban su amargo final. -Ian... ¿Realmente es tan malo? Eso es lo que hemos aprendido desde niños, pero a...