21. Uno, dos, tres... ¡Detente!: Parte 2.

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—Pide perdón, bastarda.

Aún su rostro estaba torcido.

—Discúlpate porque en tus venas corre sangre sucia.

—¿De…? ¿De qué hablas?

Levanto la mirada, observo desde abajo como la expresión de la rubia era completamente torcida en desagrado y asco.

—Todo lo que te pertenece debió de ser mío y de mi madre... ¡Pero la sangre sucia de tu madre se interpuso en el camino!

La tomo con fuerza del cabello, levantó nuevamente su mano. Ingrid solo se encogió.

—¡La hija de una mercenaria, solo debería conocer su lugar!

Ahora todo estaba más claro, alguien había convencido a la pequeña loca rubia de que Ingrid no merecía ser tratada como noble solo porque su madre no lo es. Pero eso solo era una gran estupidez.

—Tu padre debió ser mío... ¿Por qué? ¿Por qué eres una princesa y yo no? ¿Por qué? ¡¿Eh?!

Su palma estaba abierta, pero se cerró rápidamente y con fuerza la dejo caer.

Una mano pequeña detuvo el golpe.

—Deja de decir tonterías.

La voz dulce de un niño hablo desde atrás de la rubia.

Los ojos lilas de Kilian observaron a la deplorable Ingrid en el suelo, con moretones en los brazos y cara, con su cabello enredado y su vestido mojado.

—¿Hermano?

La voz temblorosa de Ingrid hizo que a Ian se le partiera el corazón.

Su agarre se intensificó, la rubia lo miro con rabia y soltó amargamente.

—¿Qué? ¿Vas a golpear a una niña?

Sonrió burlonamente.

—No, yo no golpeó niñas, soy un caballero... Pero tú eres un monstruo.

Levanto la mirada, todas las niñas lo miraban con miedo.

—Linda por fuera, horrible y asquerosa por dentro.

Mantuvo la mirada sería.

Los ojos verdes de la chica se abrieron, frunció el ceño y una expresión horrible dejo salir.

—Ja... Lo olvidaba, tu madre no te enseño modales, como es una sangre sucia no recibiste educación de ella.

Torció la boca en una muñeca burlona.

Apretó la mandíbula con fuerza.

—Discúlpate...

Susurro amargamente.

—¿Eh? Me disculpo por tratar con modales a una bestia inculta.

Ian con más fuerza apretó el brazo de la chica, lo torció hacia su espalda y la hizo caer. El rostro de la niña azotó contra el suelo.
La volteo rápidamente quedando encima de ella, miro como su nariz sangraba, pero no hubo respuesta de su parte, recordó como su pequeña hermana era tratada, la rabia lo había controlado.

Está Novela Es Muy Cliché, ¡Vamos A Ponerle Un Poco De Diversión!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora