Capítulo 29: El último baile.

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Les dejo una de mis canciones favoritas y es también la que están bailando Heaven e Ian más abajo :) Disfruten el capítulo! 

— Así que es mañana es tu último día.

— Sí.

Ian vino más temprano de lo normal esta mañana. Todavía ni siquiera me puse el uniforme, sigo en pijama y posiblemente viéndome como un zombie, pero esto no interesa mucho, después de todo es solo Ian.

Estas dos semanas han pasado dolorosamente lentas. Con los exámenes y preparativos del baile, debo admitir que me mantuve bastante ocupada, pero no lo suficiente para evitar pensar en el tema que me entretenía antes de los asuntos escolares.

No he recibido ningún mensaje desde entonces, pero no dejo de ver ese chat, más específicamente la foto que inculpa a mi hermana de asesinatos que no cometió.

Los catorce días procedentes a aquel mensaje los he vivido con miedo de despertar con la sorpresa de que mi hermana está siendo procesada porque el asesino decidió hacer publica aquella foto comprometedora.

— ¿Qué vas a hacer?

— ¿A qué te refieres con eso? —giro mi rostro para verlo.

Espero no haber pensado en voz alta.

— Con Rhett —contesta viéndome— Es tu novio.

— Cierto —murmuro pensativa.

Estas dos semanas nos hemos acercado mucho más y pasamos casi todo el tiempo juntos; estudiando o solo pasando el rato. A veces ni siquiera necesitábamos decir algo. El silencio no se siente incómodo entre nosotros. Rhett venía y ocupa su celular, mientras yo leía un libro o viceversa. Estamos juntos pero sin hacer cosas juntos. Jamás pensé que haría algo así con alguien que no sea mi mejor amiga Rachel.

Sin embargo, viéndolo ahora con más detenimiento, creo que no disfruté lo suficiente esas dos semanas con Rhett. Estaba tan preocupada por mi hermana, que olvidé que eran mis últimos días con mi novio.

— ¿Sabes qué? —Ian vuelve a traerme a la realidad— No me digas nada. Sé perfectamente que está pensando esa sucia mente tuya —se ríe.

— No estaba pensando nada —entrecierro los ojos, divertida.

— Oh, claro que no —contesta sarcásticamente— Solo en una forma muy entretenida de quemar calorías.

Ian se incorpora en la cama, comenzando a utilizar su celular. Aprovecho para ponerme de pie, debo prepararme para mi último día escolar. No quiero llegar tarde cuando van a dar las calificaciones.

— Según google, el hombre quema ciento un calorías y la mujer sesenta y nueve —dice elevando las cejas— Interesante.

— ¿Solo sesenta y nueve? Es algo injusto —comento llevando el cepillo a mi boca.

— También dice que depende de cuánto dure el acto sexual —se encoje de hombros, dejando su celular a un lado— De todas formas, eres pequeña. Las sesenta y nueve calorías están bien para ti —entorno los ojos— Ahora entiendo cómo estás tan delgada.

Escupo en el lavabo.

— Aun no lo hemos hecho —le cuento asomando mi rostro por la puerta.

Pero estás dos semanas fueron un constante «casi».

No importaba que donde estábamos, lo que comenzaba con simples besos amenazaba con cruzar aquella inexistente pared entre nosotros. El resultado siempre era el mismo; nuestras respiraciones agitadas, alguna prenda de ropa arrugada por la fricción, otra en cualquier parte de mi habitación y todo en vano, porque no concretábamos nada.

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