Capítulo 11: Atentamente,...

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—Qué espanto —murmura V a mi lado— No puedo creer que no me haya enterado de esto.

Le doy una mala mirada.

La llamada que interrumpió mi caminata en el bosque con Ross fue realizada por la directora Monroe. En ella le comunicó que encontró una carta anónima en su escritorio donde exponía a Stella como la responsable de las muertes de Zack y Lucy. También dejó el celular de Zack, el cual los forenses aquel día no pudieron encontrar en la escena.

Desde entonces, buscaron a Stella para interrogarla porque si bien no consideran la carta y el celular como evidencia valida, es sospechosa. Cuando llegaron a su habitación, no la encontraron. Buscaron en la cafetería y tampoco estaba presente. El resultado es el mismo, no importa en qué parte de Saint Rose se centren, no hay rastro de Stella desde la tarde. Fue vista por última vez saliendo antes de su práctica de Vóley.

Cruzo mis brazos viendo a Lia calmando el llanto incesante de Drea.

—Todo va a estar bien —le dice Lia— Todo volverá a la normalidad pronto.

Hay muchas opiniones con respecto a Stella en estos momentos. Algunos creen que desapareció porque de verdad es culpable y escapar era la única salida que tiene en estos momentos porque, por más dinero que su familia pueda tener, no es suficiente para salvar de ser sentenciada por dos asesinatos. Otros creen y defienden su inocencia, y que su desaparición de la faz de la tierra no tiene nada que ver con ser sospechosa. En este grupo se encuentran Lia, Ross, Charlotte y Drea.

En realidad no sé muy bien la opinión de Drea porque no dejó de llorar desde que se anunció la desaparición de Stella pero asumo que forma parte del segundo grupo.

—Es imposible que haya hecho eso —le dice Charlotte a V— Estoy segura de ello. Apostaría lo que sea —agrega con tono firme.

—¿Cómo estás tan segura? —le pregunta V, encogiéndose de hombros.

—Stella quería a Zack. No pudo haberle asesinado. Con respecto a Lucy... —hace una pausa, buscando las palabras correctas para describir el trato que tenía con su amiga. Al cabo de unos segundos, parece resignarse a decir— Stella es una perra, pero no una asesina.

—Ahora mismo debe estar fuera del país, posiblemente volando hacía América, donde sus padres van a esconderla en una mansión en el bosque hasta que consigan un cirujano plástico que le retoque toda la cara y quede irreconocible.

El llanto de Drea cesó durante unos segundos, los suficientes para escuchar las palabras de V. Eso provocó que vuelva a llorar, acurrucándose en el hombro de Lia.

—¿En serio, V? —le pregunta Lia, viéndola con desaprobación.

—Lo siento —suelta V con cara de arrepentimiento.

Más tarde, Lia es sustituida por la señorita Donnet. Ella se lleva a Drea a tomar aire fresco para que consiga calmarse. Para mi suerte, V se va a otro lado, para seguir hablando sobre el tema de forma maligna e hiriente, lo que aquí no tiene permitido. Lo cual nos deja a Charlotte, Lia y a mí.

Veo a Lia, revolver su café con nerviosismo.

—Stella está bien —le digo sin tener certeza de eso, pero es lo que necesita oír en estos momentos.

—Yo fui muy grosera con ella... —dice y aprieta sus labios, triste.

—Es normal. Tu novio te engañó con tu amiga —al instante me doy cuenta de que mis palabras fueron pésimas— No podías haberte sentido diferente —agrego, intentando que sean más sanadoras que las anteriores.

—Pero podría haberlo intentado —replica Lia— Quizás intentar ser menos dura. Después de todo, era una de mis mejores amigas...

—No te atrevas a sentirte culpable —le reprende Charlotte— Siempre fuiste una gran amiga con Stella. Tu indiferencia es solo consecuencia de sus actos.

EncuéntrameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora