Capítulo 24: Suiza o mentirosa.

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Heaven en multimedia. 

Charlotte cierra la puerta de su habitación y voltea a verme molesta.

— ¿Cuál es tu problema? ¡Pensé que eras mi amiga! —exclama, cruzándose de brazos, totalmente indignada.

— Soy tu amiga —afirmo elevando las cejas— Pero también soy amiga de Rhett.

— Más que una amiga, querrás decir... —entrecierra los ojos.

— Lo que sea —niego con la cabeza. No es el momento de discutir el nombre de mi relación con Rhett— Te hice una pregunta.

— La oí, fuerte y claro —espeta— Al igual que todas las demás chicas del lugar.

Entorno los ojos. Es imposible que alguien más nos haya escuchado. Estábamos lo suficientemente lejos y tampoco es como si lo hubiera gritado por un megáfono.

— No lo sé.

En otro escenario, su voz apenas se habría escuchado. Sin embargo, aquí, en el silencio de su habitación, sonó tan fuerte como si lo hubiera dicho por un megáfono.

— ¿Cómo que no lo sabes?

— No es una respuesta muy difícil de entender, Heaven.

— Lo que quiero decir es... —Charlotte arquea una ceja— ¿Quién es el otro?

El labio inferior de Charlotte comienza a temblar.

— Tanner.

Siento ganas de llorar por Lia.

— Tanner está con Lia —digo con tanto pesar que Charlotte se sorprende.

— ¡¿Crees que no sé eso?! —pregunta con los ojos cristalizados— Soy la peor amiga del mundo.

Se sienta en su cama y oculta su rostro con sus manos. Me quedo sin saber qué hacer, considerando por unos segundos irme, pero eso sería estúpido. Soy su amiga tanto como lo soy de Rhett y Lia.

Le hago compañía en la cama y apenas apoyo mi trasero en el colchón, ella se abalanza sobre mí. Intento calmar su llanto acariciando su cabello y diciéndole que todo estará bien. No sé si servirán de algo, pero nunca estuve en una situación así. Solo aplico lo que vi en televisión.

— De verdad no sé qué le ven a Tanner... —murmuro para mí misma.

Sin embargo, Charlotte no es sorda. Se separa lo suficiente para verme entre sus pestañas húmedas. No es el tono en el que lo dije, sino lo que mis palabras significan.

Tanner es bastante atractivo con sus facciones marcadas, hay algo en su manera de hablar o quizás es su voz lo que resulta interesante escucharlo, sin importar cuál sea el tema que esté a discusión. Sus peculiares ojos son cautivantes. De un lado, disfrutas la vista de un hermoso azul cristalino, casi como el agua en las playas exóticas. Del otro, un leve marrón que deja entrever un poco el color del otro ojo. Como dije, son realmente hermosos. Y su cuerpo, bueno...

— Retiro lo dicho —digo de mala gana.

Charlotte ladea la cabeza, posiblemente pensando como pude si quiera dudar de los encantos de Tanner.

— Sin embargo, cualquier belleza que pueda tener en su exterior es opacada con la fealdad de su interior —señalo encogiéndome de hombros.

— Lo sé —me da la razón, soltando un suspiro— Pero no estaba pensando exactamente en su personalidad cuando lo estábamos haciendo, Heaven.

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