Capítulo 35: Vencer y perder.

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HEAVEN

— ¿Qué quieres decir? —pregunto secando mis lágrimas— ¿Vas a ayudarme?

— Sí.

— ¿Por qué? —me sale preguntar— Cualquiera en tu lugar, saldría corriendo.

— Porque ambas perdimos a alguien que queremos, gracias a esos malditos —espeta mirando a la nada— No voy a dejarte sola en esto. Sé que Ian no querría eso... —bajo la mirada— Y yo tampoco lo quiero.

V se pone de pie con lentitud y estirando su mano, me ayuda a levantarme. Me esfuerzo por intentar borrar cualquier rastro de mis lágrimas, pero por la sensación de resequedad sé que no se irán tan fácilmente.

Quiero soltar su mano, pero V me sostiene con fuerza.

— Este es un momento de mierda, sobre todo para ti —eleva las cejas— Pero necesito que dejes la sentimentalidad para otro momento. Si quieres salvarte, si quieres salvar a Rhett, debes una perra insensible.

— Estoy dispuesta a cualquier cosa —le aseguro, pensando más que nada en Crystal— No dejaré que se salgan con la suya.

Mi hermana es a quién más debo proteger y la muerte de Ian no puede quedar sin consecuencias.

— Entonces, ¿Somos un equipo? —me pregunta, ladeando la cabeza.

Sus palabras logran tocar un punto sensible en mí. Las únicas personas que consideraba parte de mi equipo ya no están conmigo. Bueno, Rhett sí, pero no he sabido nada de él desde anoche y se siente raro tener que luchar contra esto con alguien más.

— Lo somos —contesto, sintiéndome extraña.

Jamás pensé que V y yo fuéramos a estar del mismo lado. Por la mirada de mi nueva cómplice, puedo entender que piensa lo mismo.

— Ross está planeando culpar a Tanner de todo —me cuenta dejando aquella mirada incomoda detrás— Su madre tiene dinero y contactos que podrían exonerarlo de cualquier cargo, hasta inclusive premiarlo por alguna estupidez. La directora Monroe siempre fue así. Ha estado cubriendo los problemas de Ross posiblemente desde que nació.

¿Por qué no me sorprende? Desde que habló tan bien de Saint Rose, pero evitó contarme que mi habitación antes perteneció a Savannah, no me cae bien. Sin mencionar que le pagó a los padres de Zack para no manchar la reputación de este oscuro internado.

— ¿Recuerdas al chico que falleció por una sobredosis mucho antes de Cole? —hago memoria. Sí, me lo dijeron, aunque jamás mencionaron un nombre. Asiento con la cabeza— Fue porque Ross le vendió droga. Él lo introduzco en esa mierda de adicción solo para tener dinero extra. ¿Y qué hizo la ejemplar directora? Lo encubrió. Dice que es un vendedor de afuera, pero no, es su propio hijo quién ha estado corrompiendo a estudiantes indefensos con el fin de comprarse idioteces.

Me quedo en shock, sin poder creer que ese Ross sea el mismo Ross que conozco. Aquel chico que me parecía dulce, amigable y atento no es más que una cortina. Una gruesa cortina que cubre todo lo malo que en realidad es.

— Y no solo hago esto por ayudarte a ti, Heaven —continua— Ross sabe que yo sé todo y estoy segura de que planea hundirme también.

— ¿Qué hay de Lia? Ella es su mejor amiga, debe saber algo también...

V suelta una risa.

— ¿Lia? —vuelve a reír— Ella solo piensa en Savannah y en cómo Tanner está pasando por momentos difíciles, pero que sí la ama de verdad. Toda su vida se basó en apariencias, créeme que demostrar una emoción genuina por lo que pasa sería pedirle mucho. Aunque las drogas ayudan mucho, créeme.

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