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Efecto dominó.

CAPÍTULO FINAL: PARTE DOS

Si hay cosas que no entienden, no se preocupen, lo explico después! (sé que mis finales por lo general son una ensalada de cosas xd) 

— ¡¿Dónde estás?!

Crystal se encuentra en medio de la nada, rodeada por oscuridad, puede ver el césped debajo de sus pies, pero delante de ella no ve absolutamente nada. Solo hay oscuridad donde quiera que gire y frio, mucho frio.

— ¡Te necesito!

Corre hacia adelante, pero el resultado sigue siendo el mismo. No importa cuando avance, siempre habrá oscuridad. Es como si estuviera con los ojos vendados.

— ¡No te veo! —exclama deteniéndose.

Sus manos tiemblan por los gritos que escucha, intenta guiarse por ellos, detectar desde que dirección provienen pero es imposible. Se escucha desde todos lados y eso la estresa más.

Hasta que entonces, los gritos de detienen. Lentamente todo a su alrededor comienza a iluminarse, como si de la nada aquella noche sombría viera por fin la luz del día, solo que no logra ver el sol por ninguna parte, pero si puede divisar el bosque a unos metros de ella.

Pero al intentar dar un paso para dirigirse a la cabaña, una mano fría la sostiene del brazo y la hace girar.

— Tú pudiste haberlo evitado, Crystal.

Crystal se levanta con la respiración agitada y completamente empapada en sudor frio. Su alrededor oscuro la asusta aún más, así que con rapidez se estira para prender su lámpara más cercana. Al confirmar que está sola en su habitación, junta sus rodillas a su pecho y esconde su rostro allí, intentando borrar aquella imagen horrorosa de Savannah cubierta de sangre.

NECESITO TU AYUDA.

Aquel mensaje y aquella noche dejaron una marca en ella desde entonces. Se arrepiente horriblemente de haber puesto su celular en silencio para poder concentrarse mejor en su lectura. Cree que de haber visto ese mensaje a tiempo, no hubiera ocurrido lo que pasó después, no hubiera visto lo que vio después.

Cuando logra calmarse, seca sus lágrimas y toma su celular. Debe calmarse, sabe que cuando comienza su día así, se vuelve largo, agotador y para nada amigable con el resto. Hace lo mejor que puede para tratar bien a los demás porque después de todo, no tienen nada que ver con lo que le pasa, pero la lógica le falla a veces y termina siendo algo grosera.

Son las seis de la mañana y es sábado.

¿Podemos vernos?

La respuesta llega treinta minutos después.

Claro

¿Dónde siempre?

Deja su taza de té sobre la mesa de luz.

Sí.

En menos de quince minutos, ya se encuentra en medio del bosque. Observa como los primeros rayos del sol se adentran por los pequeños espacios entre las hojas, iluminando todo de apoco. Los pájaros cantan una melodía que logra animarla, al menos se centra en la naturaleza y no en el horrible sueño que suele tener cada vez que está sobria.

— Buenos días.

Crystal voltea para ver a Ross aparecer entre los árboles. Trae ropa deportiva, su mochila, una gorra negra del que hace color con su vestimenta y un rostro adormilado.

— Hola —sonríe— Lamento haberte despertado.

— No te preocupes, de todas formas tenía que levantarme temprano —contesta ladeando la cabeza— Tendremos una fiesta esta noche. Rhett, Tanner y Zack vendrán a ayudarme a limpiar la cabaña más tarde.