Capítulo 10: La llave de Stella.

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Stella en multimedia! :)

Al día siguiente, la noche anterior parece no haber existido. Por lo menos para Lia.

Lia se encuentra sentada derecha en la misma mesa de siempre. A unos metros puedo ver a Tanner sentado con unas personas que no conozco, viéndola con desesperación. Ella no parece prestarle atención a su espectador o simplemente lo está ignorando. Opto más por la segunda opción.

La última vez que nos vimos fue hace cuarenta minutos, cuando decidimos volver de la cabaña donde pasamos la noche charlamos con Ian y Ross. Sin embargo, al verme acercarme con mi café, sonríe como si fuera la primera vez que me ve en el día. Lia usualmente es encantadora y simpática, pero dudo que haber estado sin dormir no tenga efecto alguno en ella.

Apenas me siento frente a ella, me susurra:

—¿Crees que haya creído que estoy feliz?

Y como creí. Lia está consciente de los ojos suplicantes de Tanner y todo esto es solo actuación. Me siento aliviada al saber que una noche en vela la afecta como al resto de los mortales.

Apoyo mi codo sobre la mesa mientras asiento. Lia continúa con su lectura, manteniendo su sonrisa. Poso mi cabeza en una de mis manos y frunzo el ceño.

—Creo que debes dejar de sonreír —Ella me observa con una sonrisa confusa— Comenzarías a dar miedo —me encojo de hombros.

Charlotte se sienta junto a mí, murmurando un buen días apagado. En cuanto deja la bandeja sobre la mesa, comienza a cortar sus waffles y observa a Lia.

—¿Por qué sonríes así? —le pregunta, haciendo una mueca— Das miedo.

—Te lo dije —digo, elevando mis cejas.

Lia deja de sonreír, poniendo una mueca en su lugar.

—Drea y Stella terminaron frente a mi habitación. Fue... muy dramático para mi gusto —Charlotte ladea la cabeza, mirando un punto fijo en la mesa y luego vuelve a centrarse en su desayuno.

—Debería comenzar a salir con Drea. Somos las novias engañadas —suelta Lia, encogiéndose de hombros. Frunce el ceño— Pero hay un problema...

—¿Cuál? —le pregunta Charlotte con la boca llena.

—No me interesan las chicas —replica Lia con pesar.

—Qué lástima. Hubieran hecho linda pareja.

—Sí —asiente Lia, suspirando.

Puedo ver a Rhett caminando en nuestra dirección. Él no nota que lo estoy viendo hasta que levanta la mirada de su celular y entonces vuelvo a ver mi café. Presto atención a mi caliente bebida, rogando internamente que siga caminando y nosotras no seamos su destino.

Para mi mala suerte, Rhett se sienta junto a Lia.

—Buenos días —nos saluda con una estúpida sonrisa en su rostro.

Me abstengo de rodar mis ojos.

—Nos vemos luego.

Lia y Charlotte me sonríen sin tener interés en mi repentina partida. Pero puedo sentir la mirada confusa de Rhett a medida que me pongo de pie.

No tengo ganas de estar cerca de Rhett. Lo que hizo ayer estuvo mal. Este es mi problema. Yo estuve en esto primero. No digo que yo ordeno todo lo que hay que hacer para llevar a cabo la investigación, pero si me niego a hacer alguna cosa con respecto a esto, obviamente tengo razones bastante válidas para hacerlo. Él ni siquiera se interesó en preguntarme cuales eran o por qué creía necesario esperar un poco más. No. Rhett simplemente me dio un ultimátum y nadie hace eso. No a mí y mucho menos él.

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