¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
«Intenté comprar tu bello corazón pero el precio era muy alto. »
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Se besaban en aquel callejón sin la intención de querer separarse. Seojun movía sus labios desesperadamente sobre los tuyos mientras tomaba tu cintura con fuerza.
¿Qué quieres de mi?
Lo ataste a una obsesión hacia ti. Te necesitaba y extrañamente no dejaba de pensar en ti ni un momento. Solo quería besarte hasta nunca acabar.
—¿Sabes? Me encantaría seguir pero debo llegar a casa. —dijiste entre el beso.
—¿Es necesario? Dijiste que tus padres no están. —musitó viéndote a los ojos.
Bebé, me tienes como: "oh"
Eras su perdición, en pocas palabras. Lo volvías loco a sobremanera, no podía vivir sin ti, pero seguía sin aceptar que le gustabas.
O más bien, reconocía que sentía atracción hacia ti. Pero no demostraba ningún sentimiento amoroso.
Amas cuando caigo en pedazos.
—Oh, Han, sé que me alojo en tu mente día y noche y me necesitas contigo pero también tengo una vida. —te jactaste en un tono burlón.
—No lo digo por eso —mintió. —, solo que... dices que no te gusta estar en casa. —vaciló.
Sonreíste de forma altanera y te acercaste demasiado a su rostro solo para provocarlo.
—Odio mi casa pero es divertido hacerte sufrir un poco. —reíste con diversión.
Una risa para nada arrogante, solo tierna.
Tu actitud ha cambiado un poco desde que comenzaste a hablar con Seojun. Desde lo que había ocurrido en el parque, ambos se hicieron más cercanos.