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Inyeop y tú solían ser compañeros de clase y compartían la misma mesa.
Debido a eso comenzaron a hablar más constante y se cayeron muy bien, a diferencia de que tú habías desarrollado sentimientos por Inyeop más allá de la amistad, mientras que él, únicamente te veía como una amiga.
Era cariñoso contigo, eras su única amiga en el salón y lo hacías sentir muy cómodo y en confianza.
Así que cuando te enteraste de que Yeop te gustaba, realmente te preocupaste. ¿Qué pasaría con su amistad si le decías tus sentimientos?
Él nunca pareció tener interés en ti, desde el primer día fue muy amable pero no iba con otras intenciones.
Te debatiste mucho tiempo si decirle que te gustaba era lo correcto. Podía arruinar la amistad de ambos pero en cambio, ¿qué podría haber pasado si se lo hubieras dicho?
No podías saber con certeza algo que no había ocurrido. Así que te armaste de valor para decirle aquella tarde en que salió a visitarte, todos los sentimientos que tenías por él.
Caminaban por el parque hasta sentarse en una banca a ver el atardecer, tomaste un suspiro y cuando ibas a hablar, él te interrumpió.
—¿Es linda la puesta de sol, no crees? —sonrió y lo miraste embobada. —Me siento tranquilo cuando la veo a tu lado, eres una amiga muy especial para mí, Eunji. —giró a verte.
Amiga.
Ibas a tener un tic ante esa palabra. ¿Y si mejor no le decías nada?
—I-Igual para mí, Iny. —tragaste saliva. —Mm, tengo que confesarte algo. —mordiste tu mejilla interna.
—Claro Eun, dime. —prestó toda su atención en ti y te sonrojaste.
—D-Desde hace unos meses tú... —dilo. Te animabas. —M-Me gustas.
Sentiste un peso menos de encima al soltar esas palabras, aunque tu alivio no duró por mucho tiempo al notar la reacción de Inyeop.
Aún seguías recordando esa expresión de ese día, como si tu mente hubiese capturado la imagen.
—Eun... Lo siento —bajó la mirada. —, no puedo corresponderte. —jugaba con sus manos.
Se sentía apenado por no poder sentir lo mismo que tú, te quería como una amiga y nada más.
—Oh, n-no tranquilo —te apresuraste en decir. —. No pasa nada, solo no quiero que te molestes o algo así... —musitaste.
