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Desde siempre las personas cercanas a Seojun saben el rechazo que el chico tiene hacia las personas con dinero.
Han odiaba a las personas adineradas por el simple hecho de que eran arrogantes, se sentían superiores a los demás y creían que tenían el control del mundo; cosa un tanto errónea ya que no todos eran así.
¿Pero quién podía saberlo con certeza?
Cuando llegaste el primer día a Saebom High, todo el mundo estaba enterado de ti. Te conocían por ser hija de un CEO importante de una empresa de cosméticos y línea de ropa famosa internacionalmente.
Cosa que no te interesaba en absoluto, te vestías casualmente y odiabas la atención que recibías, debido a eso, tu actitud no era muy agradable en la primera impresión.
Se oían los murmullos por los pasillos, todos hablaban de lo linda que eras, que te veías con mucho estilo y claro, la gran riqueza que portaba tu familia.
Seojun desinteresado a eso, se irritó que sus compañeros hablaran de ti, ni siquiera te conocía aún y ya estaba molesto.
—¿Qué de interesante tiene esa chica? —indagó con el ceño fruncido.
Quería dormir y los murmullos de sus compañeros no lo dejaban.
—¡Es hija de Shin Joon! Es parte de la familia Shin, una de las familias más ricas de aquí. —Seo rodó los ojos.
—¿Eso qué? —bufó.
En ese momento, entraste a ese salón para ir directo hasta el fondo y sentarte en el último asiento de la fila al lado de Seojun.
Tenías audífonos para que nadie te hablara, no ibas a saber qué contestar y estabas muy nerviosa.
Entonces la clase comenzó y el señor Han entró por la puerta con una sonrisa.
—Buen día a todos —saludó con su actitud tan alegre. —, el día de hoy tenemos a una nueva estudiante dispuesta a abordar con nosotros el viaje hacia la sabiduría y el éxito.
