capitulo 21: caos

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Se fue.

Simplemente se fue.

Trate de no entrar en pánico mi estado de somnolencia solo estaba en completa calma, me mantuve con la mente tranquila pensando que solo estaría en la cocina o hurgando en mi oficina por caramelos. Pero algo dentro de mí me decía que no era cierto, que solo estaba engañándome.

Ella se fue.

Ni siquiera intente salir de la cama, tenia esta horrible sensación de hundimiento en el pecho como si el aire de la habitación de hubiera agotado y todo se girara hacia un lado.

No me rendiría tan fácil por lo que me puse de pie deslizándome en un par limpio de boxer y fui directo a buscarla, pero no estaba. La busque en cada habitación posible pero simplemente no estaba. Fue entonces cuando el pánico me golpeo.

— ¿Nena?— seguí buscando sin parar.

Las puertas del ascensor se abrieron y una especie de alivio recorrió mi cuerpo, apoye las manos en la encimera de la cocina y solté una larga bocanada de aire fue cuando recordé que Cecilia había eliminado el consumo de la cafeína extra fuerte del departamento el día que tuve el ataque. Ella supuse que tuve un exceso de energía debido a eso por lo que surtió la cocina con distintos tipos de café sin cafeína.

Jen seguramente vio el contenido y fue por café de verdad.

—Ella está aquí— murmure dejando caer la cabeza. —No me ha dejado.

Escuche pasos acercarse sonreí pero que quede de piedra cuando no fue a mi chica a la que vi, Nick estaba entrando en la cocina en paso lento y calmado. Mi pecho comenzó a doler como nunca imagine que pudiera hacerlo, fue cuando la verdad me golpeo, ella en realidad me había dejado.

Trate de mantener la calma pero fue como si la ira se mezclara con el dolor haciendo que no pudiera respirar, todo el cuerpo se me entumeció, tenía tantas ganas de hacer algo al respecto pero no sabía que, el corazón estaba golpeándome con furia el pecho. Cerré los ojos y trate de recordar algo de lo que me había hablado Anderssen pero no podía solo estaba ella, solo ella estaba en mi cabeza.

— ¿Adam?

Apreté los puños con fuerza, me dolía todo no podía moverme y tampoco quería verla en mi cabeza gruño profundamente antes de abrir los ojos arrojando un gran tazón de frutas contras una de las paredes a toda velocidad.

Corrí escaleras arriba necesitaba hablar con ella, lo necesitaba entre en la habitación buscando mi teléfono marque su número una y otra vez, en cada ocasión me enviaba al buzón. Ella no contestaba, no lo hacía por más que insistiera, ella me odiaba.

Arroje el teléfono contra la pared causando un gran estruendo cuando este rompió un espejo. Mi corazón parecía que iba a salirse del pecho con la fuerte que martilleaba las lagrimas se aglomeraron impidiéndome respirar mis manos fueron a la primero arrojándolo haciendo que esto se rompiera y repiqueteara cuando llego al piso.

Sin importarme menos el conocimiento de que estaba negro, solo buscaba una forma de que el dolor desapareciera, todo dolía como el mismo infierno a mí alrededor todo se volvía tan intensamente agudo.

Estaba tan furioso que me parecía que en la habitación todo se estaba burlando de mí, si pensarlo dos veces arranque las sabanas de la cama y las arroje a la basura igual que las almohadas. Trate de mantenerme calmado pero no podía, todo mi cuerpo vibraba con desesperación, pero no entendía porque debía calmarme, lo había perdido absolutamente todo.

Adam: Solo por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora