Seis meses.
Seis jodidos y duros meses desde la última vez que todo se fue al desastre con Jen.
Tres desde la última vez que vi su cara.
Y se siente como una eternidad desde que la sostuve entre mis brazos.
Un mes entero desde que Thomas me saco de la compañía, alegando que tenía que organizar mí desastre.
He perdido la cuenta de la cantidad de veces que he escuchado que el tiempo lo cura todo, que el tiempo es sabio y no quiero ni mencionar el hecho de que golpee a Aaron la última vez que me dijo que la dejara ir, que si era mía volvería a mí.
Ella es mía lo supiera o no.
tome aliento había salido de Londres para despejarme a la casa de los abuelos en las afueras Birmingham, el aire helado y la lluvia golpeaban sobre mi cuerpo tratando de limpiarlo pero no había cantidad suficiente de agua en el planeta para lavar los recuerdos dentro de mi cabeza. Para lavar a Jen fuera de mi piel, mi cerebro y mi jodido corazón.
Me había limitado a pensar en ella un par de veces al día, pero cada noche sin falta conseguía la forma de colarse dentro de mis sueños, mezclándose con las pesadilla volviéndolas aun peor.
En un momento normal las pesadillas me descolocaban con Jen mezclándose en ellas solo las había vuelto agonizantes, por el simple hecho que ya no era mi madre la que era golpeada o eran sus gritos los que escuchaba al otro lado del armario, era Jen y nunca podía salvarla, sus gritos seguían y seguían hasta que eran todo lo que podía escuchar y despertaba tratando de buscarla, con su nombre entre los labios.
El dolor se había vuelto un dolor sordo que no se iba, siempre se quedaba conmigo, no importaba que o cómo pero no encontraba forma de deshacerme de él, en las últimas semanas había intentado odiarla pero me resultaba imposible porque sabía que esto solo había sido mi culpa.
En cuanto entre a la casa mire el cielo encapotado, dejando que la lluvia me cubriera unos momentos más antes de entrar por la cocina, si arruinaba los pisos de madera de la entrada la abuela me mataría y luego el abuelo me mataría por enfadar a la abuela.
-Pensé que no llegarías nunca- la voz del abuelo me sobresalto.
-¿Qué haces aquí?- pregunte sorprendido de verlo aquí.
Sonrió sirviéndose un vaso de jugo y arrojándome una toalla. -La última vez que revise esta aun era mi casa.
Medio sonreí sacándome la sudadera por la cabeza y pasando la toalla por el cabello y el rostro.
-La última vez que consulte debías estar en gales en una gala benéfica.
-Tú no deberías saber eso. ¿Tienes un espía?
Arquee una ceja, la cosa con Thomas y el abuelo era que a pesar de que cuando se referían a negocios eran completamente opuestos y rara vez estaban de acuerdo en algo, pero tenían el mismo patrón de acción con respecto a mí, si Thomas cerraba sus puertas el abuelo lo haría, si el abuelo consideraba algo con respecto a mi salud Thomas los seguía al pie de la letra, he aquí el motivo por el cual, tengo el acceso denegado a todo lo que es ambas compañías.
-Tengo mis fuentes y si lo tuviera no lo diría- sonreí y frunció el ceño, -y por si no lo has notado la noticia salió en el periódico hace tres días.
Bebió de su jugo gruñendo. -Malditos medios sociales.
-Viniste a comprobarme.
Su ceño se profundizo un poco y tomo aliento profundamente haciéndome sentir un poco mal, no era mi intención hacer que sonara como una afirmación quería hacerlo como una pregunta pero era un hábito señalar lo que mi familia no quería decir.
ESTÁS LEYENDO
Adam: Solo por ti
RomanceEn esta entrega Adam nos cuento como sucedió todo, desde el segundo en que sus ojos se cruzaron por primera vez. Adam siempre tuvo todo lo que quiso, o así lo creyó hasta que conoce a una pelirroja extrovertida y obstinada que se metió bajo su pie...