Capitulo 4: Te buscare

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Ella no podía llegar y tocarme así porque si, rápidamente abrió los ojos y me perdí en sus intensos ojos más azules que había visto en toda mi vida, son del más extraordinario color que he visto, y por un horrible momento estoy desarmado, relajado y aterrado al mismo tiempo, es como si ella pudiera ver atreves de mi.

Contrólate Daniel's.

Pero era hermosa, más de lo que las fotos demostraban, su piel pálida y cremosa, con ligeros lunares que salpicaban su cara. Es preciosa, su cara es pequeña y dulce con una mezcla de sorpresa y vergüenza, se aclara la garganta y da un largo paso hacia atrás.

Se queda viéndome unos segundos y contengo la necesidad de decirle que lo que ve solo es piel y huesos mezclados en una cara atractiva, necesito que deje de verme, porque sé que si la miro a los ojos descubrirá todos mis secreto.

Pero eso no significaba que pudiera ver que tan entretenida podía ser la señorita Stone.

—Lo... siento— dijo en un murmullo casi inaudible así que lentamente me acerque mostrando una sonrisa encantadora y un suave rubor subió por sus mejillas enviando imágenes de ella jadeando.

Sacudió la cabeza apartando su mirada por un segundo, segundo que me permitió respirar para recuperarme y apartar los pensamientos el rubor se intensifica y quiero saber en que estaba pensando.

—Lo lamento no mire por donde iba— su voz era suave y musical pero a la vez serio.

—son muy duros ¿no lo crees?— mi voz era divertida, me gustaba esa mirada nebulosa y me gustaría saber que estaba pasando por su cabeza.

El aire salió de mis pulmones en ráfaga cuando mordió su labio inferior llevando toda mi sangre al sur, era un acto tan inocente y sutil, pero tan sexy y seductor que fue un golpe.

—de nuevo lo lamento, debí mirar por donde caminaba.

No no no, señorita Stone no se va a salir con la suya.

— No evadas la pregunta— me acerque a ella, ansiando poder tocarla pero de algún modo me contuve— ¿son duros mis abdominales?

Su cara era la representación de confusión y me parecía hermosa, con su cabello rojo cayendo por sus hombros hasta debajo de sus pechos turgentes, demonios calma tu libido Daniel's, en como si nunca hubieras visto a una mujer bonita, en realidad como Jen nunca había tenido la suerte.

— ¿ah?

—Mi abdomen.

No podía negar que estaba disfrutando su reacción ante mi era un subidón a mi ego ya muy inflado, me encantaba esa mirada de cordero que tenia y yo era un lobo que se encantaría darle una mordida, preferiblemente en esos labios carnosos y suaves llevaban una cosa que los había lucir brillosos y apetecibles.

—Tu nombre— no fue era necesario preguntar su nombre porque estaba bastante seguro que me lo daría.

Como era que decían Axel, está bajo el "efecto Daniel's"

— ¿Qué?

Esto ya era preocupante su informe no decía nada acerca de problemas de comprensión del lenguaje o TDAH, mierda quizás sufría de sordera. Quizás necesitaba ayuda para comunicarse o algo.

Daniel's pero que idiota eres a veces.

Eres un capullo.

—Dime tu nombre— dije enfatizando todas las letras, por un segundo me sentí idiota por estar jugando con ella y no era asombro lo que sentía era que no me estaba entendiendo.

Adam: Solo por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora