Capitulo 3: archivo

3.2K 152 9
                                    

  Un mes después

Salude a Alvert, no es que fuera mi persona favorita en el mundo pero reconocía que tenía el suficiente valor como para acercarse a mi sin temor alguno de ser neutralizado en segundos, no es que representara un peligro y la reputación que lo seguía me toco un par de veces con chicas que sugirieron que se acostaron conmigo y nunca lo desmentí solo deje que el rumor se expandiera, quizás no me metí con todas pero si con algunas, no soy un santo ni nada parecido, joder en definitiva no lo era, pero a quien le importa, según los rumores tenía una polla inquieta cosa que era verdad pero no me acostado con toda la universidad.

Aunque para ser sincero no tenía problemas con ella, y con cada mirada de deseo y odio eran unas suaves caricias para mi ego, esas miradas de deseo y odio era el mayor de mis alimentos.

— ¿Qué hay hombre?— pregunto animado mientras ocupaba mi lugar.

—Todo igual— respondí aburrido, ni siquiera sabía porque estaba tomando esta clase el estudiaba historia, me acomode en mi lugar y guarde silencio, había tenido un muy mal día y lo último que quería hacer era escuchar su bocota hablando de su nueva conquista o su última noche de sexo loco con alguien que había conocido.

En realidad no me interesaba la vida sexual de nadie que no fuera la mía.

El entendió la indirecta y fije mi vista al frente y pensé en lo que me había visto de la señorita Stone hace un par de minutos, ella no tiene pelos en la lengua y dice exactamente lo que piensa y no siente presión al soltarlo. La mujer era muy excitante, con sus ojos y el fuego corriendo en ella su mirada dura, si era un pequeño petardo.

La clase inicio pero yo no podía parar de pensar en la señorita Stone había estado pensando en ella durante semanas, no entendí ninguna de mis clases ese día solo podía pensar en ella y en el brillo en la mirada al ver a Megan, o el leve rubor que ligeramente se asomaba en sus mejillas la forma en la que apretaba los puños con fuerza a sus costados sin duda alguna no le temía a nada y el que no me notara fue algo refrescante.

Pude obsérvala sin ningún temor de ser descubierto por ella aunque estaba seguro de que de haberme descubierto fácilmente pudo mandarme de paseo, solo la idea me daba risa, nunca había visto a alguien como ella.

Algo en ella encendía mi curiosidad al principio pensé que sería solo la novedad, pero en este punto sabía que era algo mas algo bajo esa sonrisa brillante me decía que había mucho más de lo que aparentaba; sabia que esa chica inteligente y que apenas me notaba.

Me tenía cautivado de una forma nunca antes vista, sabía que me conocía, la había visto observándome un par de veces pero siempre apartaba su mirada lo más rápido posible, y no era la típica chica bonita que no sabía que era atractiva, ella sabía bien que cualquiera besaría el piso por el que caminaba si ella lo pedía, la había visto usar sus encantos más de una vez.

—Ese sí que es un buen pedazo de culo— dijo Alvert a mi lado, su comentario me cabreo.

Lo mire y al segundo se aparto su mirada de la mía, con los años había perfeccionada mi control sobre las personas, me consideraba un hombre centrado y exitoso, pero que se refirieran de esa forma de una mujer me cabreaba.

Como pude aparte a la señorita Stone de mi mente y las clases fluyeron con bastante rapidez, tenía una reunión en una hora y tenía que apresurarme para no llegar tarde. Me encontré con Nick y la señorita Morgan que últimamente estaba hablando demasiado para mi gusto y comenzaba a sentir lástima de Nick y su cara de idiota enamorado.

Roger y Michel ya estaban en el auto y nos dirigimos al black diamond, revise mi correo rápidamente, un par de la oficina en Londres que eran poco importantes, otro de unos abogados que leería después y varios de Zack que se suponía que tenía que haber leído para la reunión de mañana, me pondría al día con ello esta noche.

Adam: Solo por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora