capitulo 13: Amenazas

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Me dolía la cabeza, apenas podía salir de la cama estaba demasiado cansado y quería dormir. Había estado trabajando sin parar y las pocas horas de sueño que conseguía solo despertaba exaltado con pesadillas o sueños abrumadoramente reales.

Me frote la cara y me puse de pie.

Tienes trabajo Daniel's.

Concéntrate en el trabajo.

Entre a la oficina y me senté en el gran escritorio el recuerdo me golpeo como un rayo.

Antes:

No quería salir de la cama, estaba envuelto contra Jen y había tenido el sueño mas reparador que tuve jamás, toda ella era tan suave y delicada, suspire y tome mi teléfono antes que la alarma sonara y consiguiera una muy malhumorada señorita Stone por despertarla temprano en las vacaciones.

Tenía un par de correos de la oficina en Londres que eran importantes me aparte de ella unos centímetros pero al instante se giro deslizando una de sus piernas entre las mías, con su cabeza en mi pecho. No contuve el suspiro de alivio que estaba sintiendo, solo estábamos hay acostados, solo ella y yo en mi cama, en definitiva el trabajo podía esperar.

Hice lo que tenia años sin hacer, me relaje en la cama y me volví a dormir. Nunca antes había pospuesto el trabajo, pero hoy ciertamente valía la pena dejar todo esperar unas horas más.

Un gruñido a mi lado me despertó, luego el zumbar de mi teléfono.

—Daniel's apaga el estúpido aparato— gruño Jen girando lejos de mi apartando las sabanas. Si algo había descubierto este tiempo era que mi chica era una completa acaparadora de cobijas, pero lo más loco de esto era que no me importada.

Tome el teléfono y Sali de la habitación para tomar la llamada en mi oficina.

—Daniel's— conteste pasándome la mano por el cabello.

—Hola cariño— era Sophia— ¿vendrás a la cena de mañana?

En cualquier otro momento habría puesto cualquier escusa pero esta ocasión sería diferente, quería presentar a Jen con mi familia lo había estado pensando durante unos días y quería encontrar la forma de que todo fuera más formal entre nosotros.

La apuesta con Elena colgaba sobre mi cabeza, tenía que tener una novia formal hasta el final del año, en su momento me pareció tarea fácil pero ahora... Jen me descolocaba y estaba tan perdido en ella que apenas podía mantenerme en línea recta, esto ya no era solo un juego por dinero, me estaba jugando a la mujer de mi vida.

No es que no haya querido contárselo pero es que nunca parecía ser el momento, que pasa si se enoja o si no quiere volver a verme, esas ideas me aterraban.

— Si, en realidad... ¿podrías preparar otro lugar?— dije con una sonrisa— Me gustaría presentarles a alguien importante.

— ¿Es la chica?— pregunto emocionada.

—Tal vez, solo no exageres— pedí, si algo conocía de esa mujer es que buscaba cualquier excusa para hacer un gran evento, y que fuera la primera vez que hablaba abiertamente de una mujer era más o menos un motivo de celebración en mi familia— que no sea nada formal, solo una cena de martes.

—Seguro cariño, voy a preparar todo, adiós.

Colgó y sabía que mi plan de algo tranquilo se estaba deshaciendo muy rápidamente.

Adam: Solo por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora