capitulo 25: No puedes...

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Mami esta gritando, grita mucho cuando esta con Elliot y grita mas cuando esta con sus amigos, no me gusta cuando mami grita hace que me duela la cabeza como ahora, me duele mucho la cabeza y estoy muy cansado de escuchar a mami gritar quiero salir para ayudarla pero no puedo salir del armario cuando ellos entran con nosotros.

Tengo las manos sucias de polvo y mi estomago hace ruidos raros, juego con mi avión rojo, si Arrom estuviera aquí jugaría conmigo, extraño jugar con Aroom el siempre me dejaba ganar también me daba el trozo de tarta de fresa más grande dice que se lo compensare después pero no sé que es compensar. Extraño a la abuela y su tarta de manzana, también extraño las manzanas.

Tomo la pequeña manta raída del piso y me cubro con ella para evitar un poco el frió, mami grita y los amigos Elliot también gritan, uso mis manos para callar los gritos pero aun puedo escucharlos, no quiero escuchar más gritos. 

Tengo miedo y quiero a mi mami.

Abro los ojos y salgo de la cama como si esta se estuviera incendiando en el proceso tropiezo un par de veces, tengo el pulso acelerado y apenas puedo mantener el aire circulando en mis pulmones, mi boca está seca y el recuerdo del frio penetrante hace que me estremezca.

El reloj junto a la cama dice que son las cinco treinta por lo que he dormido un par de horas que es más de lo que he tenido en el último par de meses, aun tenia la camisa y el pantalón del trabajo por lo que seguramente solo me desmaye sobre la cama, no tenía ni idea a qué hora había vuelto de la oficina pero era bien entrada la madrugada ya que las calles estaban técnicamente desiertas, fui por una ducha antes de marcar mi camino al gimnasio últimamente paso más del tiempo requerido allí pero entre un mal dormir y tratar de mantener la calma dentro de mí, la verdad es que la frustración me puede más de una vez y es la única forma de no terminar sedado en mitad de la calle.

Trabajo solo tenía que centrarme en el trabajo.

(***)

Tres veces al mes recibí notificaciones de ella esos días eran buenos me alegraba poder saber que estaba bien, a pesar de que no estaba mirando a la cámara y era desde un ángulo lejano podía notar ciertas cosas, como que su cabello estaba más corto y había recuperado un poco de peso, en varias de las imágenes estaba con Diego y Sam en el parque cerca de su casa. El informe adjunto describía un poco de sus movimientos en los que se explicaba que había comenzado a salir un poco más, usualmente a cenas con los chicos del club o algún café entre clases.

También estaba la copia para una solicitud a la escuela de medicina en Boston, eso en definitiva me hacía sentir orgulloso habíamos hablado del tema un par de veces pero nunca pareció especialmente emocionada siempre alegaba que estaría lejos o que el clima era insoportable. Conocía a la perfección las calificaciones de Jen y de lo que era capaz que era.

Sin pensarlo dos veces llame a Loren Moore, cuando entrara a la universidad necesitaría un buen lugar y conociéndola se negaría a perder su privacidad viviendo en una residencia además los libros no serian baratos.

—Hola señor Daniel's en que puedo ayudarlo.

—Necesito un departamento en Boston, cerca de la universidad tres habitaciones, gimnasio y dos oficinas.

Luego de un corto tecleo murmuro, —Algún presupuesto.

—No, necesito que sea antes de verano, sin remodelaciones y listo para mudarse.

Adam: Solo por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora