Capitulo 24: La única

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Usualmente trabajaba en mis viajes a Londres lo que hacían los vuelos realmente cortos, durante años había acortado el tiempo con trabajo hasta que el trabajo paso a un segundo plano, recordaba que en mis últimos viajes solo podía pensar en Jen y que haría para sorprenderla o como haría que no pudiera sacarme de su cabeza mientras estuviera fuera lo cual siempre era más difícil ya que convenientemente lo estaba arruinando cuando tenía que poner un pie fuera del país.

La hoja de cálculo frente a mi no lograba tener mi atención por completo y apenas podía centrar mi atención en otra cosa que no fuera como se veía Jen, solo habían pasado un par de horas y solo había tomado un par de cosas del departamento, no quería su recuerdo ya que sabía que era condenadamente débil cuando se trataba de ella y terminaría haciendo algo estúpido como buscarla y arruinarlo aun mas.

Como si eso fuera posible.

Daniel's no quiere verte, no quiere que la busques. No quiere nada que ver contigo.

Mierda según pude leer entre líneas por Andrea ni siquiera quiere respirar el mismo oxigeno.

Mire la hoja de cálculo por más treinta minutos sin poder concentrarme cuando una de las asistentes de vuelo se acerco. — ¿Señor Daniel's puedo ofrecerle algo?

Lo medite medio segundo antes de asentir. —Un whisky doble sin hielo.

Sus ojos se abrieron con sorpresa al no ser más de medio día y usualmente no bebía cuando volaba pero si necesitaba intentar lo que fuera para conseguía sacar a Jen de mi corazón, de mi cabeza, de mi jodida piel.

(***)

Londres seguía siendo igual, nada había cambiado de lugar, el trabajo de la oficina seguía estando bien y nada en él la casa había cambiado aun así después de varias semanas algo se seguía sintiendo diferente, como si no encajara correctamente. Tal vez era yo y no la casa o Londres, era yo el que no quería estar aquí por primera vez en mucho tiempo encontraba el clima aborrecible y las calles demasiado concurridas, el tráfico era agobiante.

Comenzaba a sentirme aislado, agobiado y el clima encapotado solo me hacía sentirme aislado en cada momento del día concentrarme en el trabajo era casi una tortura y ni se diga de tratar de asistir a alguna reunión, sabía que estaba mas gruñón de lo habitual y que varios empleados evitaban subir a mi piso, hasta mi propia asistente lo pensaba dos veces antes de entrar en mi oficina.

La noche había caído pero las calles aun eran un hervidero de personas yendo y viniendo lo cual no era una sorpresa era viernes y las personas salían a divertirse, pero mi cerebro no estaba en este edificio, ni siquiera estaba en esta ciudad estaba mucho mas allá, cruzando el océano. No podía apartar a Jen de mi cabeza, quería saber cómo estaba su noche, quería irla a buscas al terminar de trabajar quería verla hacer su rutina nocturna y sentirla acurrucarse en mi contra en la cama, necesitaba sentir su piel contra la mía, sentir todas sus formas más suaves contras las mías duras.

Estaba volviéndome loco y no sabía cómo expresar el dolor que albergaba mi pecho dolorido por la ausencia de la mujer que nació para mí, me solté la corbata sintiéndome ahogado por un momento. Incline mi cabeza sintiendo el frió cristal contra mi frente.

—Levanta la cabeza Daniel's, no hay nada que ver en el piso— la voz de mi abuelo retumbo en la paredes haciéndome girar a verlo.

Durante un tiempo me refugie en la seguridad de control que el tenia, con sus trajes bien hechos y su carácter centrado, aun no había cambiado eso, en realidad el parecía no envejecer no parecía tener mas arrugas que hace algunos años y su seguía viendo igual a Thomas. Era extraño que los dos hombres no pudieran estar en la misma habitación sin comenzar un concurso de cualquier cosa, sus caracteres eran demasiado iguales.

—Hola— comente volviendo mi atención a la calle.

— ¿Tienes una idea de la hora que es?— pregunto pero no espero a que contestara. —Casi nueve y media, el edificio lleva horas vacio.

Negué con la cabeza sin tener nada que decir, no quería contarle que mi casa se sentía demasiado grande vacía y fría, lo peor de todo era lo extraño que me sentía en ella, como si de repente no era el lugar al que pertenecía, nunca antes me había importado demasiado como era el lugar donde pasaba las noches, solo me gustaba que fuera tranquilo y cómodo. Tal vez debería ir al departamento del centro durante un tiempo definitivamente era más pequeño que la casa, tal vez no estaba listo para vivir completamente solo, viví poco menos de un año con Nick y un par de veces con la señorita Morgan y un par de veces con Cecilia cocinando, tal vez era eso sin darme cuenta hubieron demasiadas personas a mi alrededor por algún tiempo demasiado largo.

—Estaba ocupado— fue lo único que conteste.

Mañana tendría una cita con Andersen y realmente no estaba muy emocionado usualmente cuando hablaba con el o salía sin entender una sola palabra de lo que decía o con la cabeza hecha girones por algo que lograba entender no el contexto con el que lo decía, pero en su mayoría como si hubiera estado en una conversión muy aburrida. Solo esperaba que tuviera un par de respuestas a las preguntas que tenia dándome vueltas en la cabeza.

—No eres tú mismo últimamente Adam.

Me pase la mano por la nunca tomando una respiración pesada no era bueno que me dejara llevar por lo que sentía eso interfería con los negocios pero aun no recuperaba las fuerzas para volver a meterlo todo dentro de mi cabeza.

—Lo sé, han sido unos días extraños— me gire para verlo sentado en uno de los sillones que estaban del otro lado de la oficina —debe ser el cambio de horario, hacía mucho tiempo que no estaba en Londres de forma indefinida y debe de estarme afectando.

Negó con la cabeza y apoyando sus manos en las rodillas inclinándose un poco hacia adelante. —No, no es eso conozco como manejas en interfaz de tiempo esto es diferente, estas distraído y fuera de tu juego.

— ¿Papá te hablo de ella?— no iba a jugar al detective y sabía que mi Thomas y el chismorreaban como adolescentes de cualquier cosa que no se refiriera a negocios.

—Menciono un par de cosas, tu abuela menciono otras— se encogió de hombros recostándose del sillón —Y puede que Aarón y Axel soltaran el resto.

Definitivamente tenía una familia intensamente entrometida con una facilidad acojonante para meterse en los asuntos de los demás, y ya que al parecer soy el Daniel's con más tela para cortar, estaban haciendo una fiesta de ello.

—Pues la verdad es simple, me enamore, lo arruine, luego lo arruine mas y no me quiere volver a ver— mire a algún punto sobre su cabeza apretando los puños, definitivamente decirlo en voz alta no se estaba volviendo más fácil. —En ese exacto orden.

Negó con la cabeza. —la verdad nunca es tan simple y lo sabes, tampoco es tan simple cuando se trata de una mujer que amas. — se foto las manos en el pantalón con una medio sonrisa. —Pero supongo que si puedes resumirlo tan bien puedo decir que ella no fue tan importante.

—Ella lo fue todo— solté sin pensar. —Muchas veces más de lo que puede manejar, lo mejor que me ha pasado en la vida, lo mejor que nunca volveré a tener— la última parte no salió como mas que un murmullo.

—Sí, la señorita Stone parecía especial.

—Lo es, fui yo que no pude entenderlo.

Me miro por unos momentos demasiado largos, cada vez que escuchaba su nombre solo quería hundirme más en el trabajo quería encontrar la forma más rápida y efectiva de que su recuerdo dejara de quemas.

— ¿La única?

Asentí sin pensarlo dos veces. —La única.

—Lo siento mucho Adam— dijo poniéndose de pie y caminando hacia donde yo estaba palmeando mi hombro.

Mi visión se volvió brumosa y negué con la cabeza. —Estar perdiéndola duele más de lo que nunca pude imaginar.

Negó con la cabeza. —Uno nunca espera perder a la mujer que ama, aun cuando uno espera que corra tan lejos como pueda en cuanto tenga la oportunidad, nunca nos preparamos. —Soltó el aliento y me miro con un poco de entendimiento. —Solo el tiempo sabrá que hacer. El tiempo suele ser molesto como la mierda pero también suele ser sabio. 

Adam: Solo por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora