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Hoy me desperté antes que la alarma suene, era raro. Aún que no dormí del todo bien, estoy con muchas pesadillas y después de mucho tiempo volví a experimentar la parálisis del sueño. Esa presión en el pecho que no te deja respirar y lo más horrible es que no te podes despertar.

Me fui directo a la habitación de mamá, estaba despierta sentada en la cama, solo miraba un punto fijo. Fue raro porque fue directamente a bañarse sin decir nada, en ese lapso de tiempo aproveche a cambiar las sábanas y acolchados. Sentía pena por ella, que este triste y que mi padre andaba como si nada pasa.

La ayude a cambiarse, peinarse y solo comió muy poco. Eso me dejaba tranquila porque en algo iba avanzando.

Siguió durmiendo, eran las 07 de la mañana ya se me hacía tarde para alistarme. Me puse el uniforme y note que mi corbata ya tenia el nudo hecho, seguramente había sido mi padre. Tenía sueño, no quería ir al colegio pero era una obligación.

Llegue a la parada del autobús y se notaba el frío, parecía cuchillos que se encrustaba en la piel. Baje una cuadra antes para ir al colegio. Pase a comprar en un almacén cerca de ahí, me compre unos chicles ya que estaba media nerviosa.

Salí del mercado y me fui camino al colegio, ya estaban entrando todos al edificio en la entrada se encontraba el secretario recibiendo a los alumnos.

Antes de entrar al curso me metí dos chicles en la boca e ingrese al aula disimuladamente.

Narra Rosé

—Chae, ya es la hora — gritó su madre y se comenzó apurar para alistarse.

—Ok, ya voy — respondió con un grito.

Hoy comienzaba nuevamente, estaba nerviosa y puse mi mano en el pecho, su corazón solía doler cuando estaba así, nerviosa o cuando lloraba.

Ha de doler mucho, mientras menos nerviosa estaba era mejor.

Ya estaba preparada, desayune medio apurada y me abrigue bien.

—Adiós Má, adiós Pá — dijo y se marchó de la casa. Pero regrese rápido porque había olvidado algo sumamente importante y era el pastillero. No podía salir sin eso, no debo olvidar de tomar los medicamentos recetados.

Hoy me llevaría mi hermana al colegio.

Subí al auto junto a mi hermana, ambas nos pusimos el cinturón de seguridad y partimos al colegio.

—¿Estas nerviosa? — preguntó ella.

—Solo un poco, nada de que preocuparse — dijo.

—Eso es genial, hoy verás a tus amigas —dijo la mayor —Así que sola no vas a estar. Ahora me pregunto, ¿Por qué nunca le has dicho de tu condición? Me refiero a tu problema de tu corazón.

—No lo sé, debe ser para que no me tengan lástima —respondió sin ánimo.

—Pero que pasa si un día te desmayas en el colegio y ¿nadie sabe de tu problema? — su hermana estaba haciendo muchas preguntas desde temprano.

—Deberán llamar a emergencias — respondió irónicamente — No te preocupes, nada pasará. Además estoy cuidada por ustedes y con eso basta. También tomo las asquerosas pastillas que me recetaron.

El camino al colegio fue silencioso, en ocasiones mi hermana peleaba con otros autos que no respetaban las señalizaciones, cosa que me causaba risa cada que insultaba.

—Hey, fijate como manejas. Maldita Vieja — ella tocaba a cada momento la bocina — Mira, mira como pasa en rojo.

—Ya tranquila, solo maneja con precaución —sonrió levemente.

Stay [Chaesoo] Finalizada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora