Stay [Chaesoo] Finalizada

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Narra Jisoo

Habíamos llegado a la fiesta, en la entrada de la casa estaba lleno de globos. No me gustaba ningún tipo de fiesta, ni siquiera habíamos entrado y ya se escuchaba los gritos de los niños.

Vi que Lisa estaba con una sonrisa, y salió corriendo para abrazar a una señora que supongo que era su madre. Yo solo observaba a mi alrededor, había gente mayor sentada charlando.

Me acerco nuevamente a Lisa quién me presento a sus padres y tíos. Todos eran bastantes amables y alegres, eran igual a ella.

—Ven, te mostraré algo — la tomó del brazo — seguro te va a gustar.

Sonrió.

—Espero sea comida — respondió — solo vine por eso.

—No es comida, pero luego iremos por eso — terminó de decir Lisa llegando a la parte de un patio trasero.

—¿Qué es? — preguntó algo confusa.

—Son reliquias de mis abuelos — respondió.

—¿Por qué alguien colecciona cosas que ya no sirven? — ppreguntó haciendo una mueca.

—Por su historia, por recuerdo o no sé — contestó mientras tocaba unos vasos de porcelana.

—Cool, es muy bonito todo — contestó con poco interés.

Pasamos unos cuantos minutos ahí y volvimos a la fiesta. Con Lisa nos fuimos a la cocina como me dijo, estábamos las dos solas mientras comíamos tartas, muffin, entre otras cosas dulces.

Al principio nos manteníamos calladas, yo solo pensaba en otras cosas. Fue ella quién rompió el silencio.

—¿No sos de hablar? — preguntó apartando su vista de su celular.

—Más o menos — respondió, dando un bocado a la tarta que tenía.

—Ohhh, no nos presentamos al principio. Pero ya sabes mi nombre. Me gusta bailar, sacar fotos, aprender idiomas. — comentó — Siempre traigo conmigo mi cámara en mi bolso. ¿Qué te gusta a vos?.

Preguntó nuevamente.

—Me gusta estar jugando en los videojuegos, me gusta mucho dormir, entre otras cosas.

—¿Tienes hermanos? — abrió los ojos mientras pasaba su lengua por su labio inferior.

—Si, tengo una hermana mayor. Que esta de viaje. Mis padres nunca están en casa — dijo sin dar más detalles — ¿Vos?

—Soy hija única, Mamá y Papá. Nací en Tailandia. Soy mejor amiga de Jennie y Chae — respondió haciendo una mueca — Mi padre es chef.

—Wow, debe cocinar muy bien — sonrió mis padres nunca cocinan, a veces va mi ex niñera a limpiar y de paso me cocina.

—Genial, yo nunca tuve una niñera — comenzó a reír.

—No es gracioso — protestó.

—Siempre estuve juntos a mis padres. Cada vez que puedo los ayudo en su restaurante — Habló mientras volvía a mirar su celular.

—Qué bien, apuesto a que le costo mucho conseguir tener su propio restaurante, ¿No? — preguntó por curiosidad, pero nunca imagino lo que escucho de su compañera.

—Si, no fue nada fácil volver a empezar de cero. Verás, mis padres fueron estafados dos veces por la misma persona. Esa persona es muy conocida por haber cagado a varias familias trabajadoras. Siempre digo que el día que lo encuentre lo haré pagar por todo lo que le hizo a mis padres. Por su culpa casi pierdo a mi papá luego de que le diera un infarto al corazón — Aseguró, en sus ojos de le podía ver su enojo.

—¿Nunca lo encontraron? — volvió a preguntar.

—No, el muy desgraciado siempre se las ingenia para escapar. Es un tipo que pisa fuerte. También leí que esta metido con los narcos — aseveró — siempre lo voy a odiar. Me daría lástima por sus hijos si es que lo tiene; pero lamentablemente el día de que crezcan serán una mierda igual a él.

Terminó de decir, mientras llevaba un trozo de pastel a su boca.

—¿Cómo se apellida ese estafador? — dijo curiosa y un poco incómoda.

—Creo que su apellido es Kim, seguro lo has oído a ese apellido — respondió.

—No, no lo he oído siendo una persona muy conocida por su mala fama — Dijo, mientras se acomodaba en el asiento tratando de calmar su incomodidad.

—A los padres de Jennie igual los estafo, lo lamentable es que ella lleva su mismo apellido — proclamó un tanto irritada — Por cierto, ¿Cual es tú apellido?

Preguntó mientras la miraba fijo.

—Mi apellido es Jung Won— alegó, ya estaba un poco nerviosa. —Llevo el apellido de mi madre.

Finalizó

—Soy Manoban, ¿Sabés? Voy a clases de boxeo, si algún día lo tengo a ese señor o algunos de sus hijos le haré saber quién soy — finalizó, luego se levanto de la silla.

Ya sabía que estaba muerta si ella se entera que soy hija del estafador de su familia, ojalá nunca sea descubierta.

Luego de esa charla, estábamos afuera. Ya era la hora de que rompan la piñata. Se escuchaban muchos gritos de desesperación para que ya la rompan.

Narra Lisa

Estabamos en la cocina con Jisoo y le hice preguntas para conocerla, parece una persona bastante cerrada. Ahora entiendo porque siempre anduvo sola, pero poco a poco va a ir rompiendo el hielo y seremos muy buenas amigas.

Luego de mostrarle las reliquias de mis abuelos y de hablar un poco fuimos afuera, donde se rompería la piñata llena de golosinas. Estaba tan concentrada hablando con papá sobre el restaurante, pensé que Jisoo estaba cerca mío y le iba hablar.

Giré mi cabeza a mi costado izquierdo y no estaba, cuando miro hacia mi frente y veo como ella estaba a los tirones con los niños.

—¿Jisoo? — preguntó asombrada — sal de ahí, no pelees con los niños.

—Lisa, mira — gritó Jisoo, mientras le mostraba los dulces que les quito — oye niña, esa es mi paleta.

Le dijo a una pequeña niña y le sacó el dulce.

—Ven Jisoo, eres peor que una criatura — Reto la más alta — ¿No era que no te gustaban las fiestas?

Habló arqueando una ceja.

—Era, es pasado. Vive el presente. Amargada — terminó de decir mientras comía la paleta que le quito a la niña.

—Joder, ¡qué vergüenza! — finalizó para luego ir por sus cosas.

Jisoo quedó esperándola mientras apoyaba la pequeña montaña de dulces en la mesa. No le importaba si la gente de ahí la miraba o hablaban mal de ella por quitarle el contenido de la piñata a los más pequeños.

—Vamos bebé — dijo Lisa mientras se acomodaba su saco y cartera.

—Espera, ¿Tienes lugar en tu bolso? — preguntó.

—Si, ¿Por qué? — la miro haciendo una mueca.

—Ten, guarda esto — le entrego un par de dulces — me has salvado, de haber sabido traía mi propio bolso.

Respondió mientras guardaba los dulces en la cartera de Lisa quién sonreía por lo que había hecho Jisoo.

Ambas mujeres se fueron del lugar, ya eran casi las nueve de la noche. El frío se pegaba en la piel, se podía sentir bastante fuerte.

El camino hacía casa fue entre charla y risa, Jisoo acompaño a Lisa hasta su casa. Pero ella no quería que se fuera sola caminando, ya que era tarde para que una mujer ande por la calle sola.

La obligó a que se fuera en taxi, la cual la morena terminó por aceptar y tomar el dinero que le dio Lisa.

Se despidieron, cada quién se iría a descansar o eso pensó Jisoo. Quién a llegar a casa vio a un montón de custodios en la entrada.

Algo malo estaba comenzando a suceder.