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Al día siguiente, aquel domingo, Jisoo estaba despierta desde temprano, la lluvia golpeaba fuerte en el techo de su casa. Un día bastante gris, estaba juntando de a poco todas sus pertenencias aunque llevaría sólo algunas cosas de su habitación.

Luego volvería por el resto, ese lugar en lo que fue su hogar estaba lleno de recuerdos tristes, ahora solo se escuchaba el sonido del reloj, todo estaba apagado y en silencio. Un silencio que en ese momento a la castaña le hacía más daño. Aquél silencio mezclado con el tic-tac eterno.

Estuvo sentada un rato largo en la cama de su madre, mirando alrededor, observó aquellos regalos que nunca abrió, aquel tonto libro del " El Principito" que le solía leer a su mamá cuando sólo dormía.

Lo tomó con sus manos y abrió en la página marcada por ella: "Lo esencial es invisible a los ojos" comenzó a llorar, y le arrancó las páginas. Sentía dolor, enojo, decepción.

En su pecho comenzó a crecer aquel vacío que dolía demasiado, le pesaba respirar, llevaba aquella carga en sus hombros que no le pertenecia, su vida emocional estaba deteriorada.

Nunca pensó que todo lo que estaba viviendo le dolería tanto. Pero ya mañana se iría lejos de todos, para salvarse a si misma y comenzar de nuevo una nueva vida.

En aquella casa estaba sola, mientras sus custodios estaban en otra sala donde vigilaban, y Minah custodiaba la casa de Jennie, ella solo quería permanecer sola sin que nadie la moleste.

Se sentía morir, quería morir para calmar aquel daño que le hicieron sin ser la culpable de todo lo que había pasado. Solo miraba el techo, recordando la voz de su hermana y su madre.

Hasta que cayó en un sueño profundo, en una solitaria y oscura habitación.

Por otro lado estaba Rosé, quien estaba en cama, no podía mantenerse casi de pie, tenía fiebre y dolor de pecho como su estuviera recibiendo puñaladas constantemente.

-¡Deberás estar en cama, no hagas esfuerzo ni mucho menos te alteres por nada! -dijo su médico que la atendía desde muy pequeña.

-Gracias doctor -agradeció el señor Park.

Y salieron de la habitación donde estaba ella.

-Estamos haciendo lo posible para que Roseanne sea sometida a la operación, si todo marcha bien ella será internada el lunes -hablo el profesional.

-Pero no podemos cubrir los gastos, son muy costosos -dijo apenado Park.

-De eso no se preocupe, le daremos tiempo para que pueda pagar el tratamiento, la vida de la paciente es más importante.

-Se lo agradecemos mucho Doctor -dijo Park.

-No hay nada que agradecer, solo mantengan la calma, así ella no se altera -explicó - Y que siga con la medicación.

Finalizó y se marchó del lugar, los padres de ella estaban más tranquilos ya que su hija podía operarse sin ningún problema, estaba sola en la habitación de Jennie quien había ido con Lisa a su casa.

De la nada comenzó a ver las fotos que tenía junto a Jisoo y derramó un par de lágrimas al ver a la castaña sonreír pero ella quería olvidarla, por más dolor que sintiera en ese momento comenzó a borrar una por una las fotos que tenia junto a ella, en sus fondos de pantalla las cambio por otra, esa sería la mejor manera de poder olvidarla más rápido.

Pero reaccionó cuando le hablo su hermana, quien había llegado:

-¡Hola mi princesa! ¿Cómo te sientes? -dijo, sentándose a un lado de ella.

-Un poco adolorida, pero bien -respondió regalando una sonrisa.

-Eso me alegra demasiado ¿Te dejaron sola las chicas? - levanto sus cejas, mirando a su alrededor.

Stay [Chaesoo] Finalizada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora