Stay [Chaesoo] Finalizada

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-Debes relajarte, será un proceso bastante rápido. No durará más de dos horas -dijo él médico, mientras le colocaban el respirador -te vamos a cuidar bien.

-¡No quiero dormir, no quiero que mis sueños queden en camino! -respondió con nervios.

-Va a estar todo bien, coloquen anestesia -ordenó.

-Contá hasta 10, te vas a ir quedando dormida y no sentirás nada -dijo la señora que le estaba colocando la máscara -Tranquila, al despertar verás a tu familia.

-Uno, dos, tres, cuatro, cin... -Rosé dejó de sentir nervios, solo se durmió y no escuchó nada más.

Caí en un sueño profundo. Perdí la noción del horario, del día, prácticamente me sentía relajada.

Dos horas más tarde

-¡Doctor! La presión está bajando -dijo la doctora que ayudaba en la sala.

-¡Diablos! Tomen la presión nuevamente -habló mirando el monitor.

-¡Está a punto de sufrir un paro! -habló el cardiólogo.
-Inicien masajes a su corazón.

-¡Vamos niña! Alisten el desfibrilador, despejen -ordenó el doctor preocupado.

-Sigan con los masajes -habló sin dejar de mirar el monitor - carguen a 230.

-¡Despejen! -dijo.

-No responde doctor, creo que debemos dejar de insistir -dijo el cardiólogo mirando a su colega.

-¡Sigan con los masajes! -volvió a decir -Carguen a 250.

-¡Doctor! -habló fuerte el cardiólogo.

-¡Despejen! -todo el equipo médico se sintió aliviado al ver que su corazón volvió a latir, pudiendo continuar con la operación.

Ya habían finalizado, no fue un trabajo fácil; la llevaron a sala de terapia, ahí la estaba esperando sus padres y su hermana Alice.

-Tuvimos una complicación durante la operación, casi la perdemos -dijo el Doctor -pero por suerte todo salio bien.

-¿Ella estará bien? -preguntó el sr Park.

-Si, debemos esperar 72 hs para su evolución. Por el momento estará sedada -le dio tranquilidad a la familia de Rosé.

-¡Gracias! -hablaron a la vez.

-¡Hasta luego! -se despidió de los Park para dejarlos ver a su hija después.

Narra Jisoo

Estaba en camino a la farmacia junto con Minah, ella manejaba mientras a cada momento se miraba en el espejo retrovisorio, yo solo la observaba. A veces me pregunto si en verdad sabe usar un arma.

-¿Nunca dejas de mirarte? -habló arrugando la nariz.

-¡No! Me gusta como me queda el brillo -le respondió mientras tocaba sus labios con las yemas de sus dedos.

-Me di cuenta -dijo asintiendo.

-¿Ya estas preparada para empezar tu entrenamiento? -preguntó mirándose en el espejo -tambien se nota mucho el golpe que tu papá te dio hace dos días ¿Te duele el labio?

-No, y no quiero hacerlo -respondió de mala gana.

-¿Por qué no? -la miro de costado.

-Porque no, no soy como mi papá -dijo aclarando.

-Pero te ayudará por si corres peligro o para defender a alguien -explicó.

-Debo pensarlo -ella no estaba interesada a los entrenamientos -para eso los tengo a ustedes, para eso fueron contratados.