CAPÍTULO 20. TÚ ERES MI ESTRELLA OSCURA

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Ella sola es tu diosa, que gobierna sobre tu corazón y rige por sobre todos tus huesos. En la oscuridad, ella te apoya, es la luz que te guía al final del sendero. Ella es tu estrella oscura, a la que nunca debes dejar ir. O si no, la perderás para siempre. Ámala, y compréndela, y respétala y cuídala como el pájaro cuida de su vuelo en la nocturnidad, y si ella también te ama, te corresponderá.


Adam animó a sus hijos a que continuaran escarbando en la tierra con el objetivo de arrancar las malas hierbas.

—Tened siempre cuidado de no arrancar las raíces de las hortalizas —les señaló, como les había enseñado desde que fueran pequeños—. Y Zac, espabila, hijo.

Ante la sola mención de como hubiera sido nombrado, el joven se irguió, tieso como un gato, mirando a sus padres y a su hermana, en tanto se manchaban las manos de remover a conciencia la tierra salpicada de verdor.

—Voy a plantar las cebollas —dijo Evelyn, y gestó una señal que alertó a Susan—. Ayúdame, hija.

— ¿Dónde estuviste el miércoles? —interrogó Adam a Zac—. Veo que estamos a viernes y todavía no nos lo has contado. No eludas la conversación, Isaac. Sé sincero conmigo, puesto que las mentiras no te ayudan en absoluto. Tu madre y yo —y tanto la mujer como la adolescente observaron quietas a Zac, y él sintió que el corazón le palpitaba fuertemente en el pecho— nos hemos percatado de que estas recientes semanas has estado cuidando más de tu aspecto físico, te has afeitado, te has puesto una ropa más adecuada... ¿Te estás viendo con alguien por las noches? Si estoy en lo correcto, no lo niegues, por favor. Queremos facilitarte las cosas. Si una chica ha conquistado tu corazón, dínoslo. —Adam le palmeó la espalda a su hijo mayor—. Somos tu familia, y siempre te vamos a apoyar. Pase lo que pase. Dinos la verdad.

Zac dudó unos segundos entre decir la verdad u omitirla completamente; pestañeó desconcertado; sabía que sus familiares se olerían algo y sospecharían de sus escapadas nocturnas, mas no esperaba, para ser franco, que lo pillaran tan pronto. ¡No podía contarles que había tenido su primera relación sexual con la Cazadora de Vampiros L! Igualmente ella no desearía que él fuera a contárselo a nadie de momento. Así pues, se decantó por relatarles media verdad, escondiendo la identidad de su querida novia.

—Bueno..., es verdadero que fui en compañía de una chica el miércoles por la noche...

— ¿Quién es ella, pillo? Me sorprendería mucho si se tratara de Becky, después de lo mal que encajasteis —se rio Susan, burlona.

—No te burles de lo que sienta tu hermano, Susan —le dijo Evelyn severa, y la chica se calló en el acto—. No todos tienen la misma suerte en el amor.

—Y son asuntos complicados —dijo su marido, y ambos se estrecharon la mano, reforzando sus lazos maritales y amorosos—. Igual que yo encontré a vuestra madre, por fortuna, vosotros, hijos míos, debéis hallar a aquella persona predestinada para vosotros, y con la que tenéis toda la seguridad de estar el resto de vuestras vidas, más allá de la muerte y el sufrimiento. El Señor conoce lo que sientes, hijo. No lo escondas, Zac.

El muchacho sonrió levemente.

—No puedo deciros más por mucho que quiera... Es algo personal e intransferible.

— ¿Quién te enseñó esas palabras tan difíciles de pronunciar? —inquirió Susan, y se le trabó la lengua al imitar a Zac—. No me sale.

—Yo sé a quién amas tú, hermanita —la pinchó el joven, socarrón—. Es más conveniente para ambos que cierres tu boca, y no hables con esa lengua viperina tuya.

— ¡Isaac, compórtate! —lo regañó Evelyn, y le dio un coscorrón como castigo.

El chico se masajeó la cabeza, donde le había salido un pequeño chichón. Observando a su progenitor, que se había puesto pensativo, arrancó a temblar.

Cazadora de Vampiros LDonde viven las historias. Descúbrelo ahora