CAPÍTULO 9. NO TENGO TALES VÍNCULOS

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Apareció el sol, y la luz solar que esta estrella despedía iluminó el mundo, calentándolo gracias a su poderoso fuego. L avanzaba por el sendero terroso, a merced del calor fogoso del mediodía, en el instante menos oportuno para ella en que se presentó un nuevo cliente.

— ¿Quién será esa tipa? —inquirió Manos intrigado—. Acerquémonos, a saber lo que nos pide. Espero que no sea un indeseable salteador de caminos.

—La Providencia ha puesto en mi camino un rescatador —dijo la chica entonces, aproximándose a ellos, y se puso la mano en la frente a modo de visera—. Ah, que eres una mujer. Bueno, mejor de algún modo.

—Estoy muy ocupada en este momento. Si no es urgente, te agradecería que me dejaras continuar con mi misión —le refirió L escuetamente.

La muchacha se movió histriónica, arrancando a gesticular con aspavientos, como si se hubiera vuelto loca.

—Por favor, no me abandones... Mira, te explicaré todo lo que necesites. ¿Podemos retirarnos a la sombra? Hace un calor infernal en este sitio concreto.

No había por esos caminos despejados más árboles que uno muy viejo y retorcido, cuyo tronco se había partido al caerle un rayo encima en plena noche tormentosa. L se bajó de Medianoche, estudiando con suma atención a su nueva contratista.

Se trataba de una mujer de baja estatura, a lo sumo algo más baja que L, delgada, de cuerpo bien cuidado y formado, ojos verdes y despiertos y cabello castaño, el cual llevaba lacio y suelto sobre sus hombros desnudos. Lo único que vestía era un camisón blanco, ajado por algunas partes, con las costuras descosidas, y que portaba una mancha de sangre bastante notable justamente en el cuello de la tela.

—Soy Doris Deane, la última de una rica familia de comerciantes de Europa central —le explicó la joven, y se le aclaró su aterrorizada vista, tomando aire ansiosamente a fin de continuar parloteando—: y he sido capturada y mordida por el Conde Lee Doye. Él me hizo esta horrible infamia —se retiró el pelo, señalando temblorosa la marca de unos dientes, pequeña pero a pesar de ello visible, lo suficientemente roja y fresca para hacerle entender a L que hacía poco tiempo que habían contaminado y corrompido a la muchacha—. Yo intentaba llegar a la ciudad de River en carro, cuando la noche envejeció y los vampiros me secuestraron. Logré saltar por el balcón antes de que el Conde me cerrara todas las vías de escape.

—En otras circunstancias, ya estarías en un ataúd dormitando como cualquier Vampiro Noble o serías un cadáver —le dijo L lúgubremente, y Doris se echó a temblar, llorando, y se aferró a ella, hiperventilando.

—Te lo suplico, sálvame. Sé que, en tu calidad de Cazadora, puedes lograrlo. Rescátame de las garras de ese perverso Noble.

L se desasió de su contacto, negando con un suave movimiento craneal.

—No puedo prometerte nada. Si has sido víctima de su mordedura más de dos veces, el final está cerca para ti. Quizás sea demasiado tarde para salvarte. Lo lamento. Sin embargo, si tienes dalas, me volveré más amable.

—Por casualidad el dinero vuelve más simpática a la gente, cuando está de por medio todos los líos se apañan —rio Manos, perturbando a la pobre joven, que saltó de un brinco sobre sus pies desnudos, clavándose una serie de espinas en la planta del pie—. El poder y efecto milagrosos de Don Dinero, je, je.

— ¿Eso es... ah, un ser simbiótico? —musitó Doris, santiguándose a continuación—. Virgen María, bendita seas entre todas las mujeres, bendito sea el fruto de tu vientre... ¡Dios mío, y yo creía que lo había visto todo!

Intentó ponerse a rezar, pero estaba tan asustada que le temblaban hasta las pálidas y delicadas manos.

—Tranquila. Si no te calmas, no encontrarás una solución —le recomendó L, cogiéndola de los brazos—. Contrátame, aunque poco podría ayudarme en el estado en que te encuentras. Entiendes que la maldición ha empezado a fluir por tu sangre, ¿verdad? Está arribando a todos y cada uno de los recovecos de tu fisonomía. Es difícil que yo te saque de un problema de este calibre.

Cazadora de Vampiros LDonde viven las historias. Descúbrelo ahora