Entrego mi cuerpo💉
—Hera es muy divertida —Le dice Amy en el oído al tatuado mientras ven a la hermana de este bailar como loca sobre una mesa.
Han pasado algunas horas desde que la fiesta inició por lo que la cumpleañera se cambió de ropa por algo más sencillo para así poder bailar.
—Imagínate tener que criarla —Le responde este con una sonrisa. A pesar de ser tan sobreprotector con sus hermanos, no le gusta interponerse cuando la están pasando bien solo trata de cuidarlos.
—¿Criarlos? —Pregunta aunque el rubio la ignora y se levanta para ir a contestar una llamada.
—Ha sido mi hermano quien no ha criado desde que cuatro —Responde Ares.
—¿Qué edad tiene ahora?
—34.
—No tenía ni idea de que sus vidas habían sido tan difíciles.
—Lo sé, nadie lo sabe —Responde cabizbajo, pero se recompone cuando su hermano regresa a la mesa.
—¿De qué hablaban?
—De nada —Responde la castaña con una sonrisa y mira hacia donde anteriormente bailaba la rubia, pero ahora no la ve. Busca por todo el lugar y la ve siendo arrastrada por un chico. Se levanta rápidamente y va hacia ellos siendo seguida por los tatuados. —¿¡¿Qué pretendes?!? —Pregunta al chico, este la suelta y Zeus lo toma del cuello.
—¿Qué pretendías hacerle a mi hermana? —Su voz se escucha más ronca de lo normal y, sus fuertes y grandes manos aumentan la fuerza de su agarre dejando al chico sin oxígeno.
—Zeus, déjalo —Le ordena la doctora suavemente, pero este la ignora. —Zeus... —Su pequeña mano acaricia su fuerte brazo lo que lo obliga a regresar a la realidad. —Déjalo —El rubio le hace caso y suelta al chico quien se marcha corriendo.
—¡Se acabó la fiesta! —Grita tan fuerte que se escucha sobre la música puesta por el dj contratado. Ares deseaba tocar ese día, pero su hermana le pidió que este con ella en lugar de con la cabina. Todos comienzan a salir de la mansión por lo que los miembros de la familia, incluyendo a la doctora, entran a la sala de estar. —¿¡¿Qué hubiese pasado si la doctora no hubiese visto como ese tipo te llevaba a hacerte quien sabe qué?!? —Le pregunta enojado a su hermana menor, pero la rubia está tan ebria que no consigue articular palabra.
—Zeus, no es el momento para reclamos ni nada por el estilo —Le advierte la pequeña castaña. —¿Puedes ayudarme a llevarla al baño de su habitación?
—No —Sale del lugar.
—¡Qué hombre más complicado eres! —Grita, pero este la ignora. Deja escapar un suspiro de frustración antes de dirigirse al otro rubio. —¿Ares, puedes tú ayudarme?
—Claro que sí, doctora —Con su ayuda logran subir a la rubia al baño de su habitación y meterla a la ducha.
—Tú puedes retirarte, yo la cambio y la recuesto. No te preocupes —Le da una sonrisa, este hace una señal de gracias y se marcha. La morena se quita los tacones y comienza a ayudar a la rubia a darse una ducha. —¿Cómo puedes lidiar con tu hermano? —Cuestiona en voz alta aunque sabe que la rubia no está en sus cinco sentidos y que por ello no es capaz de responder.
Cuando termina de duchar a la rubia, la cambia de ropa por una más apropiada, la recuesta en la cama y se coloca sus tacones. Baja al primer piso en silencio y se encuentra a los empleados limpiando el gran desastre que causó la fiesta.
—Buenas noches, señorita —La saluda una señora de cabello oscuro vestida con un uniforme. —¿Qué desea?
ESTÁS LEYENDO
Cúrame el alma
Teen FictionUna noche, una fiesta, una botella de vodka, un accidente y un desconocido. Aquella noche sería la noche más feliz de su vida para Amethyst, su cumpleaños número 32, pero aquellos planes terminaron cuando vio a su prima cogiendo con su pareja. ¿Qué...