Capítulo 17

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Debemos regresar💉

Domingo.

La castaña visualiza al rubio detrás de un pulcro escritorio mientras esté ve con detenimiento la computadora frente a él.

—Creí que no trabajaríamos mientras estuviéramos aquí —Habla mientras se acerca a él hasta quedar a su lado.

—Lo siento, se presentó un problema en la empresa y, como papá y el abuelo están pegados a mamá fingiendo ser una familia unida, tuve que encargarme —Le informa. La toma de la mano y le da un pequeño jalón que la hace sentarse en su regazo mientras continúa tecleando en el computador.

—Está bien —Sonríe ocultando su rostro entre el cuello del rubio. Con sus dedos, intenta trazar los bordes de sus tantos tatuajes, pero son demasiados.

—¿Cómo dormiste? —Le pregunta tras unos segundos sin apartar la mirada de la pantalla frente a él.

—Bien —Su rostro se sonroja como un tomate al recordar la escena de la noche anterior.

—¿Qué piensa esa pervertida cabecita? —Pregunta y se echa hacia atrás en la silla de cuero para verla a los ojos.

—Nada —Responde mirando el torso desnudo de su acompañante. —No sabía que usabas lentes de lectura —Trata de cambiar el tema, generando una sonrisa en el rubio.

—No es algo importante —La toma suavemente de la mandíbula obligándola a mirarlo a los ojos. —Anoche... —Aquella sola palabra provoca que las mejillas de la castaña se vuelvan a sonrojar. —Tranquila, pervertida, no hablo de lo que sucedió cuando llegamos a casa —Sonríe coquetamente. —Mientras estábamos en el bar, cuando te presenté con Miguel como mi pareja, te dije que había sido para qué él no hiciera comentarios obscenos, pero te mentí.

—¿Qué? ¿De qué hablas?

—No dije que eras mi pareja para evitar que Miguel se dirigiera a ti como normalmente se dirigiría a una chica en su bar sino porque estaba rabioso, sentía furia al ver cómo todos los hombres en el local te miraban como si fueses una blanca ovejita en medio de una manada de lobos y creo que salió ese lado posesivo de mí —Sus palabras logran aturdir a la doctora. —Deseaba besarte y demostrarles a todos esos hombres que la inocente y frágil chica me pertenece, que es mía —<<¡Dios, siento como mis bragas se humedecen de solo escuchar sus palabras>>. Piensa la castaña sintiendo como sus mejillas se vuelven a acalorar. —Deseo que todo el mundo sepa que me perteneces, por eso me gustaría que aceptaras ser mi pareja —Sus palabras la aturden aún más.

—¿De qué estás hablando? —Pregunta. —¿A qué te refieres?

—A que quiero que seas mi novia. Verdaderamente, deseo que lleves una argolla en tu dedo que te una a mí de por vida, pero eso sería muy rápido para nosotros. Accediste conocernos y nos hemos conocido, ahora te pido que seas mi novia —Un sentimiento de felicidad la aborda al mismo tiempo en el que el pánico y terror la acompañan, su corazón comienza a latir como si deseara salirse de su pecho y su cabeza comienza a generar un montón de preguntas.

—Zeus, yo no puedo corresponderte de la forma que tú quieres, yo... —Se levanta rápidamente de su regazo y se aleja un poco. —Yo salí de una relación hace poco, una relación en la que me fueron infiel y por la cual desconfío hasta de mi sombra —Suspira. —Yo soy un desastre, estoy desecha en mil pedazos y jugar a la novia perfecta no...

—No deseo jugar, no deseo mentir, no deseo lo que le diste a Michael... —Se levanta y se acerca a ella de forma lenta tratando de no asustarla. —Yo deseo tenerte a ti, aún echa un desastre, aún rota, aún con el corazón tratando de recuperarse, deseo tenerte sin filtros y en cada una de tus personalidades —Acaricia su mejilla. La castaña cierra los ojos disfrutando de su caricia. —Deseo ayudarte a sanar aunque seamos imperfectos —Un largo silencio se hace presente hasta que la castaña siente los labios del rubio sobre los suyos. Un escalofrío recorre su espina dorsal mientras el rubio introduce su lengua en su boca estudiando con lentitud cada centímetro de su cavidad bucal.

Cúrame el almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora