Capítulo 26

1.2K 89 4
                                    

Código amarillo💉

—Buenos días —Saluda el rubio ingresando en la habitación de la castaña con una taza de café en manos y el cuerpo solamente cubierto por unos bóxer —¿Cómo dormiste? —Se sienta al borde de la cama, junto a ella.

—Mejor que nunca, dormí en tus brazos —Se sienta recostando su peso en el cabezal de la cama. —¿Tú cómo dormiste?

—Como roca —Besa suavemente sus labios. —Tengo una reunión de emergencia con los empleados de una nueva obra y aquí no tengo ropa adecuada por lo que tendré que irme antes para pasar por mi departamento...

—Mmm... —Hace puchero. —¿No hay manera de convencerte? —Pregunta abriendo las piernas para él. Debido a sus finas bragas de encaje azul, Zeus logra tener un poco de vista a su feminidad.

—Mmm... —Pasa un dedo por su hendidura. —Creo que puedo retrasarme un poco —Bromea mientras esconde su cabeza entre sus piernas. Echa sus bragas a un lado y traza una línea con su lengua sobre su clítoris enviando una corriente eléctrica por su espina dorsal.

Lleva una de sus manos a la boca de la castaña humedeciendo dos de sus dedos antes de introducirlos en ella. Deja unos segundos su vagina para besar la parte superior de sus pies, recorrer sus piernas para luego pasearse por sus muslos dejando leves mordidas.

—¡Zeus! —Jadea echando la cabeza hacia atrás sintiendo como el orgasmo está a pocos centímetros de llegar. —Te... Te necesito... Te necesito dentro de mí —Jadea apretando las hebras rubias de su corto cabello.

—Mírame —Ordena y está le hace caso de forma inmediata. —Soy el último hombre que entrara en ti —Se clava profundo y duro dentro de ella. —Ningún hombre más que yo podrá tocarte —Besa su cuello mientras la penetra de forma feroz como a ambos les gusta. —Ninguno podrá besarte —Lame su pezón por encima de su sostén. —Ninguno podrá poseerte —Lleva su mano a su cuello sin apretarlo.

La penetra ferozmente, profundo y de la forma más salvaje que podría haber, generando un gran placer en ambos. Se besan, acarician, muerden, lamen y gimen el nombre del otro mientras sus pelvis chocan y sus cuerpos se entrelazan por la acción que están ejerciendo.

—Zeus... —Jadea corriéndose. Al pasar algunos minutos más, Zeus se corre dentro de ella para luego tumbarse a su lado.

—Adoré este retraso, pero debo irme —Se pone de pie. —Y tú debes ir al hospital.

—Mmm... —Jadea restregándose contra el colchón. —¿Pasarás por mí para almorzar al hospital o nos veremos cuando termine mi turno? —Pregunta viendo cómo este se viste con la ropa que llevaba puesta el día anterior.

—No sé qué tan grave sea el problema de la obra, pero te mandaré un mensaje informándote...

—Está bien —Se levanta de la cama y se acerca a él para dejar un suave beso en sus labios. —Nos vemos luego —Entra en el baño, quita la ropa interior que cubre su desnudez y se mete bajo el chorro de agua.

—¡Nos vemos luego, cariño! —Escucha la voz de Zeus al otro lado de la puerta y una vaga ilusión le roba una sonrisa. <<¿Cómo sería vivir todos los días de mi vida con este amanecer? Qué Zeus sea lo primero que vea al despertar, probar el exquisito sabor del café de sus labios y tener sexo matutino que me dé las fuerzas para enfrentar un día en el hospital. ¿Qué tan complicado sería tener todo eso?>>.

Toma una toalla, se envuelve en ella y sale del baño con dirección a su armario.

...

—Buenos días —Saluda la castaña llegando al área de recepción para firmar su ingreso al hospital. —¿Qué tal todo? —Le pregunta a la enfermera detrás del mostrador mientras firma sobre la hoja en blanco.

Cúrame el almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora