Capítulo 39

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Un último caso💉

Un mes después...

—Buenos días —Saluda la castaña ingresando en la cocina donde ve a su futuro esposo desenvolverse con total comodidad pues aquella humilde casa se ha convertido en su hogar.

—Buenos días, cariño. ¿Cómo dormiste? —Pregunta sirviendo en dos tazas el líquido que diariamente les da la fuerza necesaria para enfrentar el día.

—Perfectamente bien. ¿Y tú?

—No tan bien como tú pues has tomado ciertas mañas a la hora de dormir y casi siempre termino fuera de la cama —Coloca la taza de color blanco frente a ella. Los ojos y manos de la doctora van a la cerámica en un intento de tomarla, pero a la hora de inhalar el aroma característico del café, se levanta corriendo, dirigiéndose al baño. Las manos del rubio toman sus cabellos evitando que estos se salpiquen con su vomito para luego ayudarla a sentarse en el lavamanos. —¿Todo bien?

—¿Tú qué crees? —Pregunta irritada.

—Ven, debes bañarte —La ayuda a bajarse y luego entrar a la ducha donde se desnudan lentamente antes de meterse bajo la lluvia artificial. —Zeus... —Jadea al sentir sus labios adueñarse de su cuello.

...

—Buenos días, doctora Williams —La saluda animadamente el jefe viéndola firmar su ingreso en el hospital.

—Buenos días, jefe. ¿Cómo está?

—Bien. ¿Y tú? ¿Y el pequeño futuro genio de la medicina? —Pregunta refiriéndose al pequeño feto en su vientre.

—Bien, creciendo.

—Eso es bueno. Hoy es su último día con internos. ¿Qué tal eso?

—Bueno, por el lado de que al fin terminaré mi residencia y pasaré a ser médica titular, estoy feliz. Por el lado de que ya no podré dar órdenes y verlos sufrir, estaré triste —Bromea.

—Hizo un gran trabajo con ellos, ese pequeño tiene suerte —Murmura antes de alejarse dejándola con una sonrisa plasmada en los labios que se borra al ver a sus internos aparecer frente a ellos.

—Buenos días, sé que deben estar emocionados pues es su último día como internos y que desean lucirse en emergencia, pero primero hay algo que quiero mostrarles, andando —Ordena caminando por los mismo pasillos que una vez recorrió vistiendo el uniforme verde aqua de los internos. —Aquí es —Les señala la ventana por donde se ve la doctora ortopédica Liliana tratando a un chico con un tubo en su cadera tras un accidente en motocicleta. —La médica titular Liliana hace poco reconstruyó una pierna completa con la mitad de los huesos, pero para ello tuvo que prepararse. Fueron noches sin dormir practicando para no cometer errores que podrían costar con la vida de aquel chico de 17 —Recuerda ver a su amiga practicando en el quirófano. —Fueron noches de insomnio que al final valieron la pena aunque les aseguro que no será la última vez —Mira con ilusión la ventana feliz de pertenecer al mundo que salva y protege a los humanos. —Andando —Ordena yendo ahora al techo del hospital. —Pero cuando estén aquí arriba no se olviden que durante meses estuvieron ahí abajo, sintiendo la rabia y furia apoderarse de ustedes sin poder decir nada más pues debían respetar. No se olviden que fueron subordinados que seguían las órdenes de su médico residente o de otros —Mira al cielo soleado. —Ahora iremos a emergencia, a salvar vida —Van hasta dicho lugar.

—¡Doctora Williams! —Grita Carlota, la nueva encargada de trauma. —Trauma tres...

—En seguida... —Está por ir detrás cuando su jefe aparece.

Cúrame el almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora