Cúrame el alma

Capítulo 40

Frente al altar💉

—Ni siquiera hace falta decirte que me entrego a ti o que te entrego mi corazón pues desde hace tiempo tienes mi vida en tus manos. No hace falta jurarte fidelidad pues no he sido capaz de mirar a otra mujer desde que esos zafiros azules se posaron en los míos —Sus ojos detallan cada centímetro del rostro de la mujer frente a él. —Doctora, mi doctora —Sus palabras son como una caricia. —Al otro día de conocerte me dijiste que para ti la pinky promise es lo más sagrado —Cuenta con una sonrisa. —Pues, creo que es momento de hacer una pinky promise —Acerca su dedo meñique y su prometida lo acepta envolviéndolo con el suyo. —Prometo amarte, respetarte y cuidarte con mi vida pues a ti soy devoto —Besa sus nudillos antes de separarse con la vista cristalizada. Coloca la argolla de oro blanco en su dedo anular de la mano izquierda.

—¿Cómo superar tus palabras? —Pregunta en un suspiro aun con su dedo meñique enroscado al suyo. —Prometo entenderte, amarte y respetarte. Prometo ser tu compañera, amiga y esposa. Prometo guardarte en lo profundo de mi corazón y cuidarte como si del órgano más importante de mi cuerpo se tratara —Sus palabras se atoran en su garganta. —Te amo, Zeus Harrow y prometo amarte hasta caer inerte en una tumba —Sus ojos se cristalizan al sentir la mirada emocionada de todos.

—Por el poder que me concede la iglesia y el estado, los declaro marido y mujer —Informa el padre. —Puede besar a la novia.

—Haré más que besarla —Murmura atrayéndola a sus brazos tomando sus labios en un desenfrenado beso.

—¡Busquen una habitación! —Escucha el grito de su hermano que sostiene a su hermosa prometida quien se encuentra en el sexto mes de embarazo mientras su ahora esposa se encuentra en el cuarto mes.

Salen de la iglesia yendo directamente al lugar donde será llevado a cabo el banquete que se trata de un hermoso patio. Todo está decorado con un estilo campestre a elección de los novios.

—¡Bienvenida a la familia, cuñada! —Chilla la rubia atrayéndola a sus brazos.

—Te daré un sobrino, ya estoy en la familia —Bromea viendo a su mejor amiga y cuñado acercarse a ella. —¿Ustedes para cuándo?

—Esperaremos que Alyah nazca —Anuncia la pelirroja viendo de reojo como su cuñado se acerca a ellos.

—Señora Harrow... —Murmura en su oído.

—Soy yo... —Anuncia con una sonrisa imborrable mientras se gira hacia él.

—Sí, es usted —La abraza. —Déjeme decirle que es una mujer sumamente hermosa, su marido debe sentirse afortunado —Bromea atrayéndola a sus brazos.

La pelirroja, su prometido y la rubia, quienes observaban la candente escena de marido y mujer, se alejan acercándose a la señora Celeste quien charla animadamente con su primer y único amor después de sus hijos, nietos y yernas.

—Le aseguro que lo está —Responde con una sonrisa. —¿Y usted, está soltero?

—No, igualmente estoy casado con una mujer increíble quien ahora se encuentra en la dulce espera de nuestro primer hijo —Besa suavemente sus labios.

—No creo que a su esposa le vaya a agradar su muestra de afecto hacia una desconocida —Continúa con su rol.

—Recuérdeme pedirle disculpas luego —Muestra aquella sonrisa socarrona que detiene su corazón. —Creo que es momento del primer baile —La toma de la mano dirigiéndola al centro del salón donde se encuentra la pista de baile.

Se mesen suavemente dejándose envolver por la suave melodía tocada por la banda en vivo. Al cabo de unos minutos, algunas parejas se unen a ellos aunque esto no les importa. Se encuentran en una burbuja de felicidad que no permitirán que nadie perturbe o eso esperan más no contaban con la presencia de Brianna hasta verla subir al escenario atrayendo la atención de todos al chocar su tenedor de plata con la copa de cristal.