Cúrame el alma

Capítulo 36

La prensa y el hospital💉

—¿Dónde está tu hombre? —Pregunta Camila llegando a la cocina donde ve a su mejor amiga preparando el desayuno.

—Aún sigue durmiendo. ¿Por qué? —Pregunta sin girarse mientras continúa revolviendo los huevos en el sartén.

—Porque no creo que le agrade ver esto —La castaña se gira viendo la revista en manos de su amiga. Apaga la estufa, limpia sus manos del delantal antes de tomar la revista y ver la foto de Zeus en la portada con las palabras: ''¿Legado Russo en riesgo?''.

—¡Por Dios! —Exclama tomando asiento en uno de los banquillos para comenzar a leer el reportaje en la siguiente página. —No se tomará esto nada bien.

''Zeus Russo, primogénito del matrimonio Russo, quien mantiene una relación con la cirujana general Amethyst Williams, fue visto el día de ayer sacando sus pertenencias del edificio de oficinas de la empresa Russo en la cual ejercía el cargo de director ejecutivo.

Aún no sabemos el motivo de su presunta renuncia aunque muchos rumoran que se podría tratar de un problema familiar o algo más romántico como un compromiso formal''.

—¿Qué y quien no se tomará nada bien? —Pregunta Zeus apareciendo vestido con una camiseta blanca y un pantalón de chándal

Los últimos días han tenido que quedarse en la casa de la doctora debido a los tantos reporteros frente al departamento del rubio y aunque este no ha estado del todo feliz con su cambio de vivienda, prefirió eso que estar todo el tiempo escondiéndose.

—La prensa ha publicado un reportaje sobre ti —Habla algo apenada.

—Yo iré a despertar al padre de mi hijo, duerme más que yo —Bromea la pelirroja antes de irse escaleras arriba. Hera esa mañana tuvo clases temprano por lo que ni siquiera alcanzó a desayunar.

—¿De qué se trata? —Pregunta acercándose a ella.

—Sobre una supuesta renuncia a la empresa por motivos de una pelea familiar o de un presunto compromiso.

—Ok —Se sienta en el banquillo junto a ella.

—¿Zeus, que planeas hacer? Entiendo que no quieras ver a tu fa... —Hace silencio al ver la mirada de advertencia que le da el rubio. —A los Russo —Se corrige. —Pero no porque hayas tomado tus cosas de la empresa y salido por la puerta grande, has roto lazos con ellos o la empresa. Aún tienes acciones y...

—Las venderé —Anuncia sin una pizca de gracia.

—¿Y qué planeas hacer luego?

—Durante un tiempo fui boxeador, creo que podría volver a ello —Responde poniéndose de pie y acercándose a ella colocándose en medio de sus piernas.

—¿Y tener que ver cómo te golpean hasta mandarte al hospital? No, no me agrada.

—¿No tienes fe en tu prometido? —Se acerca a sus labios con intención de besarlos, pero al estar a escasos milímetros, el sonido del timbre se hace presente. —Carajo —Gruñe.

—Yo voy, no me gusta la idea de que alguien más vea tú erección —Bromea bajando del banquillo y caminando hacia la puerta encontrándose al señor Harrow frente a ella. Una despeinada y recién levantada Amethyst quien aún lleva puesto su bata de seda blanca. —¿Señor Harrow? —Reacciona con sorpresa.

—Doctora, lamento venir así...

—Aquí no soy la doctora, soy simplemente Amethyst. ¿Qué lo trae por aquí?