Capítulo 18

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Perdonar💉

Las puertas del ascensor se abren dándole paso al piso en el que se encuentra la madre de su novio. Sale del pequeño espacio y camina al pasillo donde ve a su novio, cuñados, el padre de estos junto a su asistente.

—Hola —Se acerca a ellos. Abraza a sus cuñados para luego darle un beso en la mejilla a su pareja. —¿Cómo va todo? —Cuestiona refiriéndose a la señora acostada en la camilla dentro de la habitación.

—Ha respondido de forma positiva. El doctor asegura que dentro de poco podrá volver a casa —Responde Hera emocionada.

—A casa no —Informa Michael al salir de la habitación. —Rafael, el psiquiatra que revisó a la señora, me informó del problema de alcoholismo que tenía la señora así que tras darle el alta, le solicitaré a un doctor general que la transmita a un centro de rehabilitación. ¿Podría usted, doctora Williams, ayudarme con ese pequeño inconveniente? —Le pregunta a la castaña.

—Sí, no hay...

—Doctora Williams, la policía está aquí —Le informa su interno Jared llegando a su lado.

—Lo haré más tarde, ahora debo prestar declaración —Le responde a Michael antes de girarse, pero Zeus la toma del brazo.

—¿Qué ocurre? —Pregunta preocupado.

—Nada, es solo un caso —Responde restándole importancia. El rubio la tira del brazo para darle un pequeño abrazo y dejar un beso en su frente. —Gracias —Responde con una sonrisa antes de alejarse.

Una semana después.

La rapidez de los días siguientes dejan sorprendida a la doctora ya que durante la última semana no ha salido del hospital o al menos eso siente. Cuando tiene un tiempo libre sale a comer con su novio o simplemente se queda descansando en el hospital en una de las salas ambientadas para eso.

—Buenos días, hermosa —La saluda el rubio ingresando en la pequeña casa de la castaña.

—Buenos días —Se acerca a él, le da un corto beso en los labios y lo arrastra al comedor donde ya están los hermanos de este junto a la pelirroja.

—Creo que deberé ordenarle a Olga que les prepare sus maletas para que se muden aquí —Bromea Zeus refiriéndose a sus hermanos menores.

—Es mi deber proteger a las señoritas —Bromea Ares.

—No estamos en la primera Guerra mundial —Le reprocha la castaña poniéndose de pie.

—¿A dónde vas? —Le pregunta el chico de ojos azules.

—Iré al banco, espero que me den algo más de tiempo.

—Ok —Responde con una sonrisa.

—¿Me acompañas?

—Lo siento, solo vine a desayunar ya que luego tengo una reunión —<<Mientes. Simplemente no quieres estar cerca de la doctora cuando está se dé cuenta de que pagaste su deuda ya que temes su furia>>. Le grita su subconsciente. —¿Almorzamos juntos?

—Claro —Se acerca, le da un dulce beso en los labios dejándolo, deseando más.

—¡Hey tortolitos, basta de demostraciones! —Grita Hera en broma.

—¡Basta, enana! —Le reprocha Zeus. —Bésame de nuevo —Le pide a su novia y está lo obedece. Le da un suave beso en los labios antes de marcharse de la pequeña casa.

—¿Qué harás cuando Amy se entere que pagaste su deuda? —Le pregunta Camila.

—No tengo ni idea, pero espero que con un romántico almuerzo su enojo no perdure —Bromea.

Cúrame el almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora