MARVEL.
Wanda no para de reír y yo no puedo estar más roja de vergüenza.
-¡Basta Maximoff!-le digo. Ella hace un puchero.-Odio que seas telepata.
-Espero que sea broma.-dice y su acento me hace sonreír.
-No leas mis pensamientos.-le regaño.-Sabes que tienes eso prohibido.
-¡Hola Hola!-dice Pietro entrando en la habitación.
-Estas muy feliz.-ríe Wanda.
-No todos los días mi hermana celosa sonríe frente a una chica a la que le gusto.-dice Pietro.
-Bien, me voy.-digo levantándome y caminando hacia la puerta.
-Martin.-dice Pietro, por favor, pídeme que me quede.-Banner no para de buscarte.
-Gracias.-digo saliendo del cuarto de los Maximoff.
Camino lentamente sosteniendo en mi mano una taza de café. Bruce me mira y me abraza con un poco de fuerza.
-Debes dejarlo ir.-me dice.
-No puedo...-digo con la voz cortada. Me giro.
-Hace un rato...-dice Pietro.-Wanda me dijo lo que pensabas.
-Lo supuse.-sonrío.-No tienes que disculparte, entiendo totalmente el rechazo.
-Nadie te ha rechazado.-se ríe.-Tal vez podamos salir algún día después de ésta guerra.
-Sería todo un placer.-me río.
-Descansa, Liza.-dice Pietro. Deja un beso en mi mano y se va.
Mis ojos no resisten las lágrimas y caen sin cesar por mis mejillas. Caigo al suelo, la taza de café se rompe y Banner corre hacía mí. Me toma y no entiendo cómo lo separó de mí, Wanda y Nat me miran. Ambas asustadas. Los ojos de Wanda se vuelven rojos, tratando de divagar en mi mente.
-No entres en mi cabeza.-le digo.-¡No lo hagas!
El grito sale con tanta fuerza de mi boca que me raspa la garganta. Wanda sale disparada hacia atrás, y Romanoff corre hasta ella. Mis lágrimas cada vez abundan más, pero pronto soy abrazada por Bucky. Me aferró a él con tanta fuerza que puedo escucharlo gemir de dolor.
-Pietro murió.-dice Wanda.-Debes superar el duelo.
-Yo lo amaba.-digo.-Perdí todo lo que tenía...
-Yo lo amaba también.-dice ella.
-No, no puedo estar sin él.-digo.
-Lo estarás.-Wanda se acerca a mi con sus ojos rojos y haciendo movimientos con sus manos.
-No usarás eso conmigo.-digo. De pronto, Wanda intenta controlarme, pero tomo la magia en mis manos y la uso contra ella.-Yo también tengo poderes, poderes que al igual que tú la gema de la mente explotó.
-Estás en duelo, por favor Liza, no seas una villana.-dice Wanda.
-Callate.-digo levantandola con algo de magia.-Tú...
-¿Liza? ¿Que haces?-todos giramos mirando al lugar de donde ha salido esa voz. Es él, es Pietro.-¿Wanda está molestándote?
-¿Pietro?-digo con el nudo en el pecho.
-¿Qué? ¿Acaso no lo viste venir?-bromea. Corro hasta él, abrazándolo con mucha fuerza.
-¿Que hiciste Liza?-dice Nat.
-¿Yo? No hice nada.-digi separándome de Pietro.
-Ella no hizo nada, estaba en un lugar oscuro y escuché a Liz y a Wanda. Y luche por salir.-sonríe él.-Tenía que venir con ambas chicas que amo.
-Liza acaba de modificar la realidad.-dice Wanda.-Y trajo a Pietro de vuelta.
-Es tu hermano, Wanda.-digo girandome y puedo ver en un reflejo que mis ojos brillan azules.-¿No estás feliz?
-Claro que sí.-dice ella sonriendo con sus ojos azules por unos segundos y corre a abrazar a Pietro.
Con un movimiento de manos y usando mi magia combinada a la de Wanda, protejo y embrujo a los vengadores. Creando mi propia realidad... Una vez todo listo, me giro hacía Pietro y Wanda.
-Vamos a casa, querida.-dice Pietro y yo tomo su mano, salimos de la torre Stark, felices.
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