ÉLITE.
Antes de todo ésto éramos normales, menos tontos y más felices. Ahora estoy en el baño con el botiquín de primeros auxilios cociendole una ceja a Guzmán y limpiandole heridas a Polo. Son unos imbéciles.
-¿Vosotros que pensáis?-les digo seriamente.-¿No habéis visto que el Samu estaba con Nano?
-Nano debería de estar en la cárcel.-dice Guzmán.-Es un puto asesino.
-El golpe en la ceja te ha dejado tonto Guzmán, a callar, estoy por terminar con Polo.-digo calmada.
-A callar un culo, Mariza, ese puto asesino me va....-comienza y rápidamente le interrumpo.
-Te va a matar, tío, ¿No estás viendo que ahí afuera todos lo conocen a él y a Samuel? ¿Eres tonto? Nos han perdonado ésta porque estás pasado de copas pero no van a dejarnos vivos si sigues siendo tan estúpido.-le digo.-Sientate mientras termino con Polo y cállate de una puta vez.
El hace lo que le pido y entonces, al terminar con Polo éste sale por unas camisas nuevas para él y Guzmán al coche. Tomo la aguja y el hilo y suspiro, no le va a doler pero tengo que hacerlo bien. Tomo la toalla de papel y lo limpio con cuidado de no dejar pequeños pedazos en su herida y comienzo a cocer su ceja. Cuando terminó y corto el hilo Guzmán toma mi mano y me hace dejar todo a un lado. Luego ambas manos bajan a mi cintura y sé que viene después, me coloco en su regazo para verlo a la cara.
-Eres un capullo, Guzmán.-digo cerrando mis ojos.
-Lo siento, Mari.-pide perdón sinceramente.-Si he sido el más capullo de todos, pero me he nublado. Perdóname por favor.
-Saldremos de aquí, iremos al coche, nos iremos al hotel y después dormiremos para volver ¿Vale?-le digo más tranquila.
-Que bueno que le dije a Polo que esperara en el auto.-dice y me besa. Se levanta y me pone en el lavamanos y comienza con sus deliciosos besos húmedos, son la gloria para mí. Baja un poco mis pantalones y baja la cremallera de su pantalón. No hay ningún ruido más que nuestras respiraciones y suspiros de placer. Terminamos sudando y con un emotivo beso Guzmán se acomoda su ropa y me acomoda mi ropa. Para llevarme en brazos, he quedado totalmente exausta.
-Feliz tercer aniversario Mariza.-me dice sonriendo.-No lo he olvidado, y te tengo unas sorpresitas en el hotel.
Beso sus labios suavemente y cuando estoy en el coche me besa para luego yo dormirme hasta llegar al hotel donde después de una cena romántica comimos chucherías viendo pelis y, bueno, amanecimos desnudos y acurrucados. Al menos por un día olvidó a Marina y su inquietud desapareció, como quisiera hacer eso para siempre....