HARRY POTTER
Oliver y yo estamos saliendo desde hace tres años. Es el chico más dulce que conozco. Y oírlo hablar todas las noches sobre Quidditch es mi actividad favorita. Su sonrisa se ensancha al verme en las graderías, y sé que lo he sorprendido. He estado en la enfermería últimamente, y sé que él ha estado preocupado. Pero no debería, estoy genial.
Cuando el partido termina el corre a salir del campo para estar conmigo, el equipo lo mira extraño, pero al verme a mi todos se ríen.
-¿Que haces aquí?-me pregunta Oliver.
-No podía perderme ver a mi chico ganar un partido de Quidditch.-digo besando sus mejillas.-Felicidades cariño, ganaste.
-Sin ti hubiésemos perdido, Lara.-me dice Harry.-Nunca había estado tan preocupado.
-¿Estabas preocupado?-pregunto.
-Pues claro, no puedo estar tranquilo mientras tú estás mal. Eres mi novia.-dice.
-Te esperamos en los cambiadores.-dice Harry palmeando su hombro. Oliver me abraza con fuerza y luego me besa con tanta pasión que puedo jugar que quisiera que estuviéramos en otro lugar.
-Debo decirte algo.-digo cuando nos separamos.-Es una noticia en realidad.
-¿Resolviste que te enfermó?-pregunta caminando tomado de la mano conmigo.
-Si, y espero no te vayas a desmayar con la noticia.-digo emocionada.-Oliver...
-¿Estás embarazada?-pregunta.
-Sí.-respondo al borde de lágrimas.-Cuatro semanas.
-¿Estás hablando en serio, Lara?-me pregunta feliz.
-¡Jamás jugaría con eso, Wood!-le digo riendo.
Él me abraza y si lo escucho suspirar fuerte, no quiere llorar aquí, frente a toda ésta gente.
-¿No arruiné tu vida?-me pregunta.
-Ambos vamos a cumplir 18 pronto, creo que estaré bien.-digo riendo.-Además pronto saldremos de aquí.
Él sonríe, besa mi frente y sale corriendo a los cambiadores, va a darles la noticia. Yo sólo me río, y sigo caminando, puedo oír los gritos de los chicos y mi risa es audible para los que me miran mal. Yo sigo caminando hasta la sala común de Gryffindor. Hermione me está esperando con miles de consejos muggles para los embarazos.