Capítulo 20

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Serena condujo su auto y sostuvo mi mano durante todo el camino mientras hablaba con Andrew a través de sus auriculares Bluetooth. Su mano era cálida y me hizo sentir algo tranquilo, pero también trajo tristeza a mi corazón.

Se supone que el amor es suave, como su piel. Se supone que el amor es reconfortante, como su toque.

¿Por qué me molestaba eso? Nunca conocería un amor así. Tomé decisiones estúpidas y nunca podría arreglar lo que era o lo que había hecho en el pasado.

Mi cabeza me estaba matando y, de hecho, me costaba mantener los ojos abiertos. Traté de apoyarme en el reposacabezas del asiento, pero solo empeoró el dolor con el contacto y con los movimientos del auto.

Cerré los ojos y traté de respirar profundamente, pero eso solo exacerbó el dolor agudo en mis costillas. Era tanto mi dolor físico que lo único que pude hacer fue quedarme dormido esperando llegar a mi destino.

—Darien, hemos llegado— Serena dijo suavemente mientras gentilmente me empujaba para despertarme.

Abrí los ojos para ver una amplio despliegue de personas esperando para ayudarme y una camilla. Murmuré algo y volví a cerrar los ojos pues escuché las voces pero sonaban como si estuvieran bajo el agua y muy lejos. Incluso creo que escuché a Serena decir algo en mi oído y la sentí apretar mi mano, pero me encontraba tan inconsciente que aunque quise no pude apretar la suya de vuelta.

Ella había sido tan amable conmigo, aunque estaba seguro de que había sido por lástima, ya que no era más que una versión débil de lo que debería ser un hombre de verdad.

—¡Hermosa Serena!— le dije con gran esfuerzo e imaginé que sus labios besaban mi frente. Después de eso no supe más de mi...

Narra Serena

Darien estaba entrando y saliendo de la conciencia durante el viaje, lo que me asustó muchísimo para ser honesta —¿Darien? ¿Puedes escucharme?— le preguntaba intentando que reaccionara pero estaba más que aturdido.

—Serena, no te esfuerces, si mis diagnósticos son ciertos, debe tener una lesión muy grave en la cabeza, es por eso que le cuesta mantenerse despierto, a decir verdad, es un milagro que siga vivo. Han pasado muchas horas desde la contusión y su cerebro está bastante inflamado y no ha recibido atención. Te prometo que haré todo lo que está en mis manos para devolverte a tu amigo sano y salvo.

Una vez que llegamos al hospital, no quería irme de su lado, pero Taiki insistió en que había experimentado un trauma severo y necesitaba ser ingresado de inmediato. Me incliné para decirle que no estaría muy lejos y él me llamó 'hermosa Serena', así que besé su frente y lloré mientras se lo llevaban, pero justo antes de desaparecer de mi vista Taiki se detuvo y me dijo que le había prometido a Darien que no se pondría en contacto con su padre, pero sintió que debía hacerlo, lo antes posible debido al estado en el que se encontraba.

—No te preocupes, yo me haré cargo de eso— le respondí para evitar que siguiera perdiendo los valiosos segundos que pasaban y servirían para salvar la vida de Darien. Rápidamente me dirigí a la estación de enfermeras y con los nervios bastante alterados les exigí que llamaran al Doctor Chiba y le avisaran que su hijo había sido traído aquí de emergencia.

Inmediatamente después, decidí llamar a la Señora Galaxia para informarle de nuestra repentina salida del trabajo sin avisarle a nadie. No quería mencionar muchos detalles pero conocía a esta mujer de toda mi vida, así que le di una versión abreviada de los hechos. Era una mujer tan noble y con tan buen corazón que tan pronto como escuchó mi relato se indignó y se ofreció a ayudar por todos los medios legales necesarios.

Justo cuando terminaba mi llamada telefónica, pude escuchar al doctor Chiba antes de verlo dirigirse directamente hacia mí —Serena ¿qué diablos pasa? Estaba en medio de una reunión y me comunicaron que Darien se encuentra internado ¿Que sucedió?

—Ella le dio una paliza, eso es fue que pasó— traté de mantener mi ira hacia este hombre fuera de mi voz.  En un principio no podía entender cómo un padre  permitía que su hijo se quedara en una situación como esa, aún cuando fuera adulto, pero pronto averiguaría que tanto él como toda su familia eran totalmente ajenos a la situación que Darien vivía.

—¡Dios mío! Esto matará a mi esposa, nos ha estado matando a todos lentamente durante los últimos cinco años— admitió y jugó con su teléfono celular como si estuviera debatiendo internamente qué debía hacer.

—Debería llamarla, debería estar aquí— le dije recordando que el dolor que yo sentía debía ser el mismo que el experimentaba ahora.

—Serena ¿te ha contado sobre esto? ¿Ha compartido por qué sigue quedándose? Le hemos rogado que regrese a casa, que la deje, pero, aparentemente, ella tiene algo que está guardando sobre él. No nos importa cualquier cosa que Darien haya hecho, lo único que queremos es a nuestro niño de vuelta— el gran doctor Chiba amenazaba con derramar algunas lágrimas y fue ahí cuando pude ver lo mucho que amaba a Darien.

—No lo sé, pero tengo un equipo trabajando en eso, ahora mismo. Darien estaba tratando de decírmelo esta mañana, pero el Doctor Kou apareció para examinarlo, así que le pedí que esperara— le respondí, aunque en el fondo estaba enojada conmigo misma por no permitirle terminar con su relato.

—¿Qué quieres decir con que tienes un 'equipo' trabajando en ello?— el doctor Chiba me miró con curiosidad, así que solicité un lugar no concurrido para poder platicar.

—¿Hay algún sitio en el que podamos hablar en privado?— finalmente me di por vencida y pregunté.

—Mi oficina, vámonos— el doctor Chiba tiró de mi brazo detrás de él mientras subíamos al ascensor de servicio.

—¿No quiere ver a Darien?— pregunté, un poco desconcertada ante su actitud.

—El Doctor Kou me está dando actualizaciones electrónicas a mi teléfono con todo lo que están haciendo actualmente. Es una fortuna tener este tipo de tecnología, de lo contrario estaría rompiendo todo tipo de ética por estar en esa habitación con mi hijo— suspiró y se pasó una mano por el cabello.

—¿Como está él?— pregunté suavemente.

—Su estado no es bueno. De hecho, su pulmón está perforado y ahora están haciendo una tomografía computarizada de la cabeza, pero con la evaluación que ya recibí, tengo miedo de tener que ayudar en la cirugía cerebral de mi hijo, su daño craneal es muy severo— vi las lágrimas brotar de sus ojos cuando me incliné hacia él en busca de apoyo.

—¡Oh Dios, por favor ayuda a Darien! Por favor salva a este hermoso hombre. No puede morir. Lo acabo de encontrar. Sé que su corazón es bueno. No se merece esto— mencioné hacia el cielo esperando que ese ser supremo me escuchara pues sabía muy bien que la gente buena por lo regular muere a manos de su abusador. Lo supe porque enterré a mi propia madre por eso. Por eso soy abogada. Por eso soy una defensora de los derechos de las mujeres y los niños. Está arraigado en cada fibra de mi ser.

Sé que no conozco a Darien desde hace mucho tiempo, pero siento una atracción por él más que por cualquier otro cliente o compañero de trabajo. Hay algo en él que no me permite renunciar a su compañía ni a su presencia.

El ascensor sonó, salimos y recorrimos el pasillo hasta que llegamos a una puerta que decía "Doctor Endymion Chiba, Jefe de Neurocirugía"

El hombre rápidamente abrió la puerta, entramos y nos sentamos. Ambos estábamos un poco inseguros del otro, pero obviamente los dos necesitábamos la información que el otro tenía para proporcionarnos.

—Dígame ¿cómo empezó todo? ¿Cómo fue que alguien tan noble como Darien termino en las garras de una desgraciada como Rei?—  pregunté y ví a este cirujano de renombre mundial desmoronarse frente a mí.

Necesito un ángelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora