Capítulo 39

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Narra Serena

Hoy, Darien tenía programada una visita con su psiquiatra, la doctora Aino y más tarde, cuatro horas de fisioterapia.

Después de que terminó su primera consulta, fuimos a un almuerzo un poco largo pero agradable e incluso nos las arreglamos para hacer un pequeño recorrido por el parque central antes de ir a su última cita.

Justo cuando nos disponíamos a partir rumbo a nuestro último destino, mi teléfono comenzó a sonar con el código de alarma de Andrew. Me detuve y entré en pánico cuando vi que la ubicación que aparecía en mi pantalla era la del almacén.

—¿Qué pasa Serena?— Darien preguntó nerviosamente al observar mi rostro lleno de pánico.

—Darien, mantén la calma por favor. Andrew activó su alarma de emergencia desde su teléfono. Aparentemente, algo salió mal y tenemos que ir en su ayuda ahora— No quería provocarle un ataque de pánico, pero tenía que saber la verdad —Tu papá también está allá— dije  mientras sus ojos se agrandaban por el miedo.

—Ve, Serena... no podemos dejar que ella lo mate. Por favor, vete. Me encantaría ayudar, pero para mí mala suerte, solo soy un bueno para nada que ni caminar puede— me dijo apresuradamente mientras su cuerpo se quedaba quieto y su voz bajaba de volumen. Me entristeció enormemente verlo volver a esta posición. Era fácil darse cuenta de que eso solo era uno de los muchos efectos negativos que Rei había causado en él.

Después de analizar las cosas durante unos segundos, llegué a la conclusión de que no podía dejar que Darien se sintiera inferior, así que decidí llevarlo conmigo. Rápidamente comencé a conducir hacia nuestro destino mientras mi mente corría con todas las posibilidades que encontraríamos una vez que llegáramos al lugar indicado. Sabía que tenía que ayudar a Andrew pero también tenía que proteger a Darien.

—Darien, cuando lleguemos tienes que quedarte en el auto. No puedo ayudar a Andrew y a tu padre si estoy preocupada por ti— traté de parecer autoritaria y enfatizar la gravedad de la situación.

—Serena, no puedo dejarte entrar a ese edificio sola. Puede que no sea lo suficientemente fuerte todavía para ayudar en una pelea, pero no puedo abandonarte— dijo casi con un tono de rabia en su voz.

—Bien, pero permaneceras fuera de la vista de Rei. Estoy entrenada en varias formas de autodefensa y artes marciales, por lo que puedo hacerle frente si es necesario— necesitaba que él supiera que podía cuidar de mí misma y esperaba que mi confesión lo hiciera pensar racionalmente.

—Todo esto es mi culpa. Nada de esto habría sucedido si no hubiera sido tan débil— Darien comenzó a llorar y estampó su puño sobre el tablero de mi auto con una gran fuerza en señal de frustración.

Después de conducir por algunos minutos, llegamos al almacén abandonado y me estacioné detrás del edificio. Por fortuna estaba oscuro y no había luces que pudieran alertar a nadie de nuestra presencia

—Darien, necesito entrar en ese edificio y evaluar la situación. Toma mi teléfono celular, si no salgo en los próximos quince minutos, entonces presiona el número dos en mi marcación rápida. Ese es mi papá, está trabajando está noche, así que puede traer oficiales aquí de inmediato— le entregué mi teléfono, pero sus manos temblaron cuando lo tomó, así que las puse entre las mías.

—Darien, necesito que te tranquilices— levanté mi mano y ahuequé su mejilla —Algo ha salido mal ahí adentro, de lo contrario no habría recibido esa notificación. Por lo tanto, tenemos que actuar con rapidez y estar en alerta máxima— sabía que lo mejor era tenerlo conmigo, así que me volví para caminar hacia la puerta cuando recordé que le debía dar una última indicación —Darien, vendrás conmigo, pero te quedarás detrás de mí y no intentarás defenderme si pasa algo ¿Entiendes?— observé sus ojos mientras miraban entre los míos y se calmó un poco antes de asentir con la cabeza de acuerdo con mis órdenes.

Necesito un ángelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora