Capítulo 43

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Tres meses después

Narra Darien

Caminé por el pasillo principal hasta la oficina de la doctora Aino para lo que sería la última consulta. Bueno, por lo menos, la última dentro de este lugar.

Mientras esperaba a que ella apareciera me senté y mi mente comenzó a analizar los muchos avances que había logrado en mi vida.

Hoy me iría a casa, a la propiedad de mis padres puesto que la que había compartido con Rei mi padre me había hecho el favor de venderla; aquella construcción nunca había sido un hogar para mí y solo me traía malos recuerdos. La última vez que estuve ahí había sido exactamente hace un mes como parte de la terapia. La doctora Aino y yo habíamos ido y recorrimos todo el interior mientras yo revivía algunas de las pesadillas más horribles que había tenido dentro de esas paredes. Sabía que Rei no podría volver a hacerme daño, pero aún tenía mis miedos.

Fue un verdadero alivio que Serena nos acompañara en aquella ocasión y hubiera estado a mi lado todo el tiempo. Cuando el miedo y los recuerdos comenzaron a hacerse presentes en mi ser, ella tomó mi mano y besó mi mejilla, lo cual me tranquilizó al instante y pude terminar el recorrido que me liberaría de algunos traumas. Antes de partir de la propiedad, dejar atrás ese capítulo de mi vida y cerrarlo para siempre, decidí mostrarle a serena lo hermoso que se veía el atardecer desde el jardín delantero; recuerdo que se sonrojó cuando le dije lo hermosa que se veía mientras estábamos parados observando la tenue luz del sol desaparecer por el horizonte.

A través de la terapia intensiva individual con la doctora Aino y a través de la terapia conjunta con Serena, había trabajado en algunas de mis inseguridades y había recuperado un poco de la confianza que alguna vez había tenido; tanta confianza que pude admitir, al menos para mí mismo, con bastante seguridad, que estaba más que enamorado de Serena.

Realmente enamorado de ella...

Ella había sido mi primer amor verdadero y realmente deseaba que fuera el único amor en mi vida, y con suerte, el último, sin embargo, aún no había tenido el valor de hablarle de mis sentimientos.

Aunque tenía un plan; esta noche la invitaría a salir. Todavía no estaba listo para decirle exactamente cómo me sentía y la doctora Aino estuvo de acuerdo conmigo en que debería esperar hasta sentir que era el momento adecuado.

La única persona que conocía mis emociones era mi hermana menor. Cuando le conté mi pequeño secreto, derramó lágrimas de alegría por mí y se había ofrecido a ayudarme a concertar una primera cita con Serena, aunque rechacé su ayuda porque sentí que, por una vez en mi vida, debería hacer todo esto por mi cuenta. Al ver mi nueva autonomía y determinación, ella sonrió y me abrazó con fuerza; estaba muy feliz de tener a Amy de vuelta en mi vida.

Otra parte importante de la terapia había sido la reconexión con mis padres. Por consejo de mi terapeuta, tuve una sesión un poco difícil y dolorosa; no había sido fácil contarles con detalle cada abuso que Rei había aplicado contra mí, pero tanto mi psiquiatra como yo pensamos que era importante para ellos saber todo por lo que había pasado. Fue duro para ambos, pero al final nos acercó más.

Serena, por otro lado, no era la misma. Debido a su propia historia personal con la violencia doméstica, ambos estuvimos de acuerdo en que ella no necesitaba los detalles de mi calvario. Hablamos mucho sobre mis sentimientos y heridas físicas, pero nunca sobre los detalles minuciosos sobre mi abuso sufrido. A decir verdad, creo que el haber aceptado apoyarme con mi rehabilitación mental también había sido bueno para ella, sabía sin lugar a dudas que además de liberarse un poco de su pasado, también servía para fortalecer los lazos entre nosotros.

Necesito un ángelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora