Narra Serena
Darien regresó a la casa de sus padres alrededor de las dos de la madrugada. Estaba completamente aturdido, aunque no dió problemas, más bien parecía que un Darien borracho, era un Darien muy juguetón. Yo simplemente sonreí y dejé que se saliera con la suya.
Al menos era un ebrio feliz y me encantaba ver a Darien soltarse y divertirse con sus amigos, porque con toda honestidad ¿cuándo había sido la última vez que había salido a beber con Diamante y Zafiro? Después de todo lo que había vivido merecía divertirse un poco de vez en cuando y compartir momentos divertidos con las personas que lo conocían desde pequeño.
-Te amo, hermosa Serena- habló con un poco de dificultad mientras se recostaba en la cama y sus labios comenzaban a explorar mi cuello y mis orejas.
-Yo también te amo- me reí de él mientras movía sus manos por mis costados, pasó sobre mi punto de cosquillas y no pude evitar reírme de nuevo.
-Quiero probar de tu cuerpo- confesó mientras su mano encontró su camino debajo de mi camisón y comenzó a tocar uno de mis senos.
Sabía que no duraría mucho más, porque ya estaba medio dormido. No pude evitar amar ver este lado despreocupado de él. Entonces, lo acompañé mientras él continuaba mordiéndome con sus besos descuidados y sus torpes exploraciones.
-Darien, sabes que soy tuya- dije con una carcajada mientras continuaba besándome.
El me miró con una sonrisa perezosa en su rostro -Eres muuuy slexy.
Yo solo me Rei una vez más -"Slexy" ¿Que rayos es eso?
Él asintió con la cabeza, todo como un tonto -Tú también lo eres mi amor- le respondí.
Darien apoyó su cabeza en mi estómago. Primero aplicó unos besos húmedos y finalmente lo escuché comenzar a roncar.
Acaricié su cabello y me maravillé de su forma dormida, lo observé un rato mientras me inmovilizaba contra la cama con el peso de su cuerpo.
¿Cómo había tenido tanta suerte de encontrar a este hombre increíble? No lo sé pero estaba feliz de haberlo hecho.
No sé cuánto tiempo estuve admirándolo, pero en algún momento de la noche el sueño también me había vencido. De pronto, un golpe ligero en la puerta que me sacó de la niebla inducida por el sueño.
Abrí los ojos para ver el sol entrando a raudales por las ventanas y sentí a Darien estirado sobre mí hasta el punto en que mi brazo y pierna izquierdos estaban entumecidos por su peso.
-Adelante- hablé con la voz un poco baja.
El rostro de la señora Luna se asomó por una rendija en la puerta ahora abierta -¿Puedo pasar un minuto?
Asentí y ella entró silenciosamente y cerró la puerta detrás de ella. Se acercó y se sentó en el borde de la cama.
-¿Cómo está Darien esta mañana?- Susurró mientras sus dedos comenzaban a acariciar el cabello de su hijo.
-Todavia no estoy segura- dije con una ligera risa, no quería despertarlo todavía.
-¿Se comportó mal anoche?- Preguntó con los ojos bastante abiertos.
Yo sonreí -No, en realidad no. Digamos que era un borracho feliz.
Ella sonrió y colocó su mano en mi mejilla y me dió una sinceras y hermosas palabras-Gracias por amarlo tanto- pude ver un destello de lágrimas en sus ojos.
-Él es tan fácil de amar- le respondí y sentí mis propias lágrimas presionando contra mis párpados.
-¡Agggggh!- Darien se quejó de pronto y luego trató de moverse en la cama -Siento como si hubiera un martillo en mi cabeza que quisiera abrirse camino- volvió a quejarse aun adormilado, acción a la que su madre y yo nos reímos.
-¡Shhh! No griten- el pobre gimió de nuevo, lo que solo nos hizo reír más fuerte.
-Serena ¿por qué estoy semidesnudo contigo y mi madre en mi cama?- él preguntó y abrió un ojo.
La señora Luna se puso roja brillante al instante mientras Darien tiraba de las mantas un poco más arriba de su cuerpo intentando cubrirse -Yo... Iré y dejaré que... uhm ... Bueno...- la madre de Darien intentaba hablar sin lograrlo, cosa que provocó que se pusiera aún más roja antes de levantarse de la cama -Me voy... Los veo abajo... El desayuno... En treinta minutos...
Una vez que ella dejó la habitación, Darien se estiró teniendo un poco de dolor por la posición en la que había dormido.
-¿Cómo te sientes esta mañana?- sonreí cuando se volvió hacia mí con una mueca en su rostro.
-¡Terriblemente mal!- me respondió y se acurrucó contra la almohada a mi lado.
Me reí y volví a mirarlo -¿Te divertiste al menos?
-Fue demasiado divertido, creo- el susurró.
-Simplemente no lo convierta en un hábito, señor mío- traté de regañarlo pero salió más como una pequeña burla.
-No, gracias. No sé qué pensé cuando intenté seguir el ritmo de esos dos- dijo y me regaló una sonrisa que de inmediato fue remplazada por un ceño fruncido.
-¿Que ocurre amor?- le pregunté mientras tomaba su rostro entre las manos. Apartó sus ojos de los míos y se puso rígido bajo mi toque.
-¿Estás enojada conmigo?- preguntó en voz baja.
-No amor ¿debería estarlo?- le pregunté y tiré de su barbilla para que me mirara. Sus ojos sostuvieron un parpadeo momentáneo de miedo y luego se llenaron de preocupación.
-Um, bueno, es solo que ... llegué tarde a casa ... y borracho, bastante ebrio de hecho- dijo en voz baja mientras se sentaba en la cama a mi lado.
Envolví mis manos alrededor de las suyas y lo mire fijamente -Darien, mírame- le pedí con un poco de exigencia en mi voz. No quería asustarlo, pero quería que entendiera
-Si bien no deseo que ese comportamiento se convierta en un hábito cotidiano, fue un placer verte de esa manera- sus ojos se agrandaron ante las palabras que le acababa de decir.-¿Qué?- preguntó, con un poco de confusión en su rostro.
-Darien, después de todo lo que has pasado, después de todo lo que has vivido, es perfectamente normal que salgas con los chicos y te relajes un poco- tomé su barbilla y levanté su rostro.
-No me importa que hayas salido con tus amigos o que lo hayas disfrutado, así que no pienses que me enojaría contigo por algo tan simple como esas acciones ... Te merecías tener un poco de diversión- le dije con una pequeña sonrisa.
-Lo siento, en verdad, te prometo que no sucederá de forma continua. Pero debo admitir que fue divertido estar con Diamante y Zafiro de nuevo- él me devolvió una pequeña sonrisa.
-Bueno Darien, será mejor que vayamos a ducharnos, tu mamá nos espera para el desayuno. Necesitas una aspirina, agua y comida para ayudarte con ese dolor de cabeza que estoy segura que tienes- dije mientras pasaba mi mano por su brazo y por su espalda.
-¿Por qué estoy casi desnudo?- Darien preguntó mientras se movía para levantarse de la cama, lentamente.
-Oh, bueno. Uhm... trataste de hacer algo anoche- le dije con una fuerte carcajada.
-¿En serio? ¿Qué tan mal estuvo?- se pasó una mano por la cara y trató de ponerse de pie, pero sus piernas aún no estaban lo suficientemente firmes, así que me deslicé y envolví un brazo alrededor de su cintura.
-¡Muy mal!- respondi entrw risas.
Llegamos al baño y nos las arreglamos para pasar por la ducha mientras yo lo acosaba y le hacía todo tipo de insinuaciones. Era bueno reír y bromear con él de esta manera.
Amaba a ese hombre más allá de la razón.
Y no podía esperar para ser su esposa de forma oficial.
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Necesito un ángel
FanfictionNo puedo contarle a nadie lo que sufro... Nadie me creería... Estoy a su completa disposición. Se ha encargado de convertir mi vida en un infierno con sus constantes agresiones verbales y físicas. Nunca podré liberarme de está tortura... Preferiría...