5 años atrás
N
arra Rei
Había escuchado el mismo nombre, Darien Chiba, varias veces alrededor de nuestro círculo íntimo, pero nunca lo había visto en persona. Por lo que mis amigas más cercanas me habían dicho, este tipo era el hombre perfecto, todo lo que una chica como yo deseaba conseguir. Era bien sabido que su familia era como de la realeza o algo así, su fortuna provenía de un legado familiar un tanto antiguo. Tenían millones y millones de billetes verdes para disponer de la forma en que ellos quisieran. Agregado a eso, su padre era un cirujano muy reconocido, así que, básicamente, era asquerosamente rico y, aparentemente, muy atractivo. La presa perfecta
—¿Tiene novia?— pregunté un día durante un almuerzo en el Café Moon en donde un grupo de amigas íntimas y yo nos habíamos reunido para nuestra tradicional salida semanal.
—He oído que es gay— dijo una de ellas.
—Nada de eso, efectivamente no tiene novia pero eso se debe a qué es un ermitaño total— intervino otra más.
—Están todas equivocadas, es un simple estudiante de derecho que no le da a nadie más de la hora del día porque cree que es mucho mejor que todos— replicó Beryl, la más incondicional de todas.
—Hmmm. Supongo que tendré que buscarlo— dije con nostalgia mientras mi mente maquinaba mi nuevo plan.
Ante mis palabras todos comenzaron a reír —Si hay alguien capaz de transformarlo eres tú Rei— Beryl agregó con un poco de sarcasmo en su voz.
No tenía ganas de discutir, así que retadoramente miré alrededor de la mesa, me eché el cabello hacia atrás y me juré a mí misma que GANARÍA a este rico mimado y de paso, a sus muchos millones.
En poco tiempo, aproximadamente un mes, y después de haber sobornado a algunas personas, ya tenía información presisa. Tenía su horario de clases, los pocos lugares que visitaba, y la escasa vida social que ese ermitaño tenía. Mas que un hombre joven parecía un recluso total. En eso era en lo único en lo que las chicas habían acertado. Era bastante patético y aburrido para su edad.
Me llené de alegría cuando mis informantes me dijeron que Darien era tímido, ingenuo y completamente inocente. No salía con nadie, no iba a clubes ni a fiestas y afortunadamente para mí y para mis propósitos, no tenía novia.
Me costó un poco, pero si quería que mi plan saliera a la perfección, sabía que debía darle tiempo, así que esperé hasta que tuve la oportunidad perfecta y provoqué que casualmente chocáramos en la biblioteca jurídica un día.
Lo difícil fue el primer contacto, después de eso todo fue muy sencillo.
En ese momento cambiaría la vida de ambos, no sería muy buena para él, pero si para mí.
Hace tres años
—¿Quieres explicarme como es que alguien de tu crianza y estatus social rechaza un magnífico empleo prestigioso como el que te acaban de ofrecer para aceptar un trabajo sin valor? ¿Que rayos es eso de trabajar para un grupo de defensa de la infancia? ¿Acaso estás loco Darien? ¿Que van a pensar mis amigos de tu empleo mediocre?— le dije en medio de grandes gritos a ese tonto debilucho con el que ahora tenía una relación.
Mi ira se apoderó de mí esa noche y no pude contenerme. Le pegué, le di un puñetazo y saqué toda mi rabia. No puedo explicar por qué pero se sentía tan bien dejar escapar esa agresión sobre él, era demasiado reconfortante de hecho, casi se sentía tan bien como una buena sesión íntima.
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Necesito un ángel
FanfictionNo puedo contarle a nadie lo que sufro... Nadie me creería... Estoy a su completa disposición. Se ha encargado de convertir mi vida en un infierno con sus constantes agresiones verbales y físicas. Nunca podré liberarme de está tortura... Preferiría...