capítulo 15.

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N/A: Este capítulo contendrá escenas de violencia si eres sensible a este tipo de contenido te pido amablemente que lo saltes en cuanto aparezca el aviso. También aclaró que no me hago responsable de traumas o corazones rotos, y... esta historia no va a ser una de color rosa después de todo el protagonista es un psicópata.😂

Yo: aunque a mi parecer no está tan perturbador pero weno u.u

Conciencia: ¡Solo pon el anuncio y ya! No todas tienen las neuronas retorcidas igual que tu.

Yo: ok ok ta' bien
....

Dejo sus recuerdos a un lado para ver entrar a su tía con aquel uniforme médico que la hacía ver tan bien. Midoriko era médico especialista en pediatría, debido a que no pudo tener hijo decidió que ayudaría a los hijos de otros para que crecieran sanos, Kagome había seguido su ejemplo por eso ahora estaba estudiando medicina, aunque apenas iba para el tercer año. Le dedicó una sonrisa a su tía mientras se levantaba para ayudarle con el almuerzo.

...

* contenido violento empieza *

En una lúgubre habitación en donde la humedad y lo insano traspasa las paredes. En donde el astro sol no alcanza a iluminar, los gritos, la sangre y los elementos de tortura eran algo habitual.

-¡¡¡PORFAVOR YA NO MÁS!!!! ¡¡SE LO SUPLICO!! ¡¡DETENGASE!!- El joven de cabellos castaños y ojos cafés que ya reflejaban la más pura de las súplicas.

-Hoyo es tu nombre ¿no?- Preguntaba aquel peliplata de ojos dorados y voz grave a su siguiente víctima, miraba cada uno de los instrumentos de tortura que tenía en una pequeña mesita.

Su víctima estaba sentado en la afamada "silla de interrogatorio" una espeluznante silla llena de púas de hierro que se iban clavando en la piel desnuda del joven chico, Sesshomaru agarró una pequeña navaja con una de sus manos envueltas en un fino guante negro, empezando a hacer cortes poco profundos de la piel del chico.

-Dime Hoyo ¿porqué invitaste a mi mujer a salir? - La navaja seguía haciendo pequeñas incisiones, una nueva por cada palabra.

-¡No se de que me hablas! ¡Yo no conozco a tu mujer!- El chico lloraba mientras intentaba librarse haciendo que las puas de la silla se clavaran más en su cuerpo.

-Oh si claro que la conoces, su nombre es Kagome.- Sesshomaru vio como los ojos de aquel joven se abrían desmesuradamente al escuchar el nombre de su amada, aprovecho el momento para clavarle la navaja en uno de estos.

El grito desgarrador por parte del chico no se hizo esperar.

-¡Como te atreviste a mirarla con esos asquerosos ojos! ¡no tienes derecho a si quiera pasar al lado de ella! ¡ella es mía!- Hoyo observaba con su único ojo bueno como las  facciones de aquel hombre se deforman de forma grotesca.

-Tienes una oportunidad para que tu muerte no sea tan dolorosa, dime, ¿Quien te dijo que lo hicieras?- Las facciones en su rostro habían vuelto a la normalidad excepto por sus ojos los cuales estaban adornados con matices  rojos, clara advertencia de que Yako estaba presente.

-Na...nadie yo, yo solo quería salir al cine con ella nada más ¡lo juro!- Hoyo estaba aterrorizado, nunca había visto a un ser tan espeluznante en su vida.

-De acuerdo veo que no quieres cooperar ¿has escuchado hablar sobre la cuna de judas? Supongo que debiste haber leído sobre ella tu clase de historia, era un instrumento de tortura utilizado con frecuencia en Europa, consistía en una pequeña pirámide con un cinturón colgando arriba de esta, la víctima de colgaba en el cinturón dejando su ano expuesto a la punta de la pirámide, si te relajas la punta de esta te atraviesa, o también se puede dejar caer a la persona desde una altura considerable para que sea más doloroso ¿no es una belleza?, con el pasar de los años se le fueron añadiendo otros detalles, por ejemplo en el cinturón se le adicionaron choques electricos...es muy difícil encontrar una en buen estado y en estas épocas, pero no es imposible.

Enamorada de un psicópata /Sesshome/ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora