Kagome se reprendió a sí misma y decidió emprender la huida, no iba quedarse al lado de ese loco. Y seguramente su huida hubiese sido exitosa de no haberse encontrado con Irazue esperándola en la entrada del despacho, esta le arregló el maquillaje sin mediar palabra pero con una enorme sonrisa ¿cómo era posible que una persona sonriera tanto? La llevo de nuevo a la sala donde finalmente se llevó a cabo la dichosa celebración de su cumpleaños, todo aquello era totalmente ilógico y Kagome ya se sentía exasperada, esa familia parecía perfecta, todos convivían, charlaban, reían, e incluso intentaban incluirla a ella, ¡era una pesadilla! No es que le hubiese gustado que la tuvieran amarrada y torturandola, pero era de todas maneras un infierno el no saber que harían contigo, ¿cuando se acabaría aquella amabilidad? ¿en qué momento dejarían a un lado su faceta de familia perfecta? ¿acaso querían torturarla psicológicamente? ¡uy como odiaba estar en esa maldita incertidumbre!.
- Mmm yo creo que ya es hora de dormir.- Aquel hombre llamado Toga bostezó luego de haber dicho aquellas palabras, Kagome se alegró internamente, si la dejaban de nuevo en aquella habitación podría aprovechar la oportunidad para escapar por el balcón, era bastante alto pero imaginaba que podría hacer algún tipo de cuerda con las sábanas así como en las películas. De cierta forma la idea la llenaba de adrenalina, se sentía emocionada por aquel hecho, ya se imagina libre.
Y sí, efectivamente la dejarían en aquella habitación de nuevo, lo que jamás imagino ¡es que tendría que compartirla con el maldito psicópata ese!. Tenia miedo y todos sus planes para escapar se iban disipando mientras era cargada como costal de papas directo a aquella habitación. El maldito era muy fuerte, después de que le dijeron que dormiría con el Kagome luchó, grito, hizo berrinche e incluso los amenazó a todos con una pequeña escultura de Ángel que tenía un pequeño filo, pero nadie se inmutó, a pesar del escándalo todos la miraban con esa estúpida sonrisa (sonrisa que ya estaba empezando a detestar). Sesshomaru sin ningún esfuerzo, le quito su pequeña "arma" y se la cargo como saco de papas, Kagome se sintió humillada en ese momento y les dirigió una mirada de traición a los demás que estaban allí presentes, pero estos ni se movieron, ni siquiera sabia porque se sentía traicionada, después de todo era la familia de su psicópata...espera ¿que? Como que "su". Se maldijo mentalmente por haber pensado eso y lo aludió al hecho de que su cabeza estaba colgando hacia abajo y la sangre se estuviese acumulando en esta.
No se percató en que momento llegaron a la habitación, solo sintió como aquel hombre la dejaba cuidadosamente en la cama, como si tuviera miedo de que se rompiera como un pedazo de cristal, ese movimiento extraño a Kagome.
El hombre cerró la puerta y empezó a desvestirse con total tranquilidad hasta quedar en bóxer. Kagome abrió y cerró la boca varias veces, si había algo que tenía que aceptar, es que ese hombre tenía un cuerpo magnífico daban ganas de pasarle la lengua por aquel abdomen tan mar... ¡maldita sea! Otra vez se estaba dejando llevar por pensamientos poco coherentes ¡era un asesino, un secuestrador, un acosador, un psicópata! Pero y si...
No.
Definitivamente no podía caer en sus encantos ¡y que encantos!.
-¿Te gusta lo que vez? - La voz de aquel hombre estaba marcada de burla y arrogancia, ¡¿y cómo no?! Se había quedado como una estúpida observándolo mientras el se desvestia. Kagome enrojeció de vergüenza y se levantó, caminó lentamente hasta el "closet" ya que Kagome lo consideraba demasiado grande para definirlo así y tomó una muda de ropa para dormir masculina, no sabia si aquella ropa era de él pero tampoco le importaba mucho en ese momento, se la aventó a la cara mientras el mantenía una sonrisa ladina en su perfecto rostro.
-¿Has pensado en las opciones que te di?- Aquella pregunta la trajo de vuelta a su realidad.
-Jamás me quedaría al lado de un monstruo como tú. -Le espetó con ira. Vio como aquel rostro que antes denotaba frialdad se contraía en molestia.
-¿Porqué?- Aquella pregunta la descolocó ¿tenía que explicárselo? Por su rostro expectativo concluyó que sí.
-¿Te parece poco lo que has hecho? ¡Me acosaste por todo un maldito año con tus espeluznantes "regalos"! ¡Asesinaste a Hoyo! ¡El no tenía nada que ver con tu maldita obsesión! ¡También asesinaste a esa modelo ¡¿no es asi?!¡el maldito vestido era de ella! ¡y el brazo de la mujer! ¡¿cómo carajos te atreves a pedir un porque?! E incluso...incluso si no hubieses hecho todo eso, y nos hubiésemos conocido en circunstancias normales, yo jamás ¡jamás! Me fijaría en ti.- ¡Ups! Kagome ni siquiera tuvo tiempo de arrepentirse de sus palabras cuando ya tenía aquel fornido cuerpo (aún en bóxer ya que el no se había puesto la ropa que le había lanzado) encima de ella.
-¡NO VUELVAS A DECIR ESO! ¡¿ME OÍSTE?! ¡NO VUELVAS A REPETIRLO NUNCA!- Aquel hombre respiraba agitado por la ira mientras sentía aquel pequeño cuerpo debajo suyo temblar del miedo, no paso mucho tiempo antes de que el aroma a sal inundara sus fosas nasales, se maldijo internamente, a pesar de todo, no quería hacerla llorar. Aún sentía la rabia bullir en su ser, un poco más calmado continuó.- He hecho muchas cosas cosas Kagome, he matado a muchos, he mentido, he extorsionado, manipulado, torturado y un sin fin de cosas más que no podrías imaginar ¿pero sabes? Todo eso es tu culpa, tu eres la culpable de todo aquello. Si tan solo... si solo me hubieses amado como yo a ti, nada de esto habría pasado, he hecho y sacrificado muchas cosas para estar contigo mon étoile, todo de ti me pertenece, tu cuerpo, tu Alma, tu mente...todo tu ser responde a mí, ¿y quieres saber porque?, porque es mío Kagome, simplemente por eso.- Sesshomaru pasaba una sus manos por toda la cintura de Kagome, mientras que con la otra tenía apricionadas las muñecas de la azabache que entre lágrimas y lamentos se retorcía intentando liberarse.
-Te demostraré que me perteneces Kagome, quise ser benevolente y te di opciones pero por tu comportamiento veo que tendremos que hacerlo a mi manera.- Una sonrisa escalofriante se posó un sus labios mientras se separaba lentamente y se dirigía a tomar la corbata del traje que se había quitado anteriormente. Kagome corrió a sentarse en la cama abrazando sus piernas, mientras que las lágrimas seguian cayendo de sus ojos, nunca había sentido tanto miedo en su vida, lo único que quería era volver a casa, quería un abrazo de su madre y que le dijera que todo iba a estar bien, quería ir a la universidad con Sango y hablar de sus sueños y metas, quería reírse a carcajadas cuando Miroku molestara a Sango, quería que su pequeño hermano la sacara de quicio con sus pequeñas bromas, quería tantas cosas que alguna vez tuvo y no valoro como debía, quería volver a su vida cotidiana.
El acercamiento de aquel hombre no traía nada bueno, Kagome se echó hacia atrás hasta dar con la cabecera de la cama, sabía que no tenía escapatoria, pues la puerta estaba cerrada, no alcanzaría a llegar al baño o al closet e incluso si lo hiciera sería en vano, aquel hombre debía tener llave de aquellos cuartos, su última opción era el balcón, pero la altura de este era sufiente para romperle varios huesos en la caída, y si caía mal podría correr el riesgo de desnucarse, sin alguna soga o algo que la acercase un poco más al suelo el balcón era inútil para escapar.
En medio de sus cavilaciones sintió un firme agarre en su tobillo, la había atrapado, luchó con todas sus fuerzas para liberarse pero era inútil.
Sesshomaru amarró sus muñecas a la cabecera de la cama, el nudo que había hecho con su corbata era lo suficientemente fuerte como para retenerla sin lastimarle las muñeca, aunque esto era inútil ya que Kagome se movía frenéticamente en su afán de liberarse y por ende sus muñecas se lastimaban debido a la friccion que se generaba con la tela.
Kagome empezó a gritar lo más fuerte que podía, pedía socorro, tenía la esperanza de que algún vecino o alguien que pasara cerca de ahí la escuchara.
-Nadie te escuchará Kagome, nadie vendrá a socorrerte, e incluso si lo hicieran yo me encargaría de impedirlo, eres mía.- Sesshomaru recorrió con su lengua desde el cuello hasta el lóbulo de la oreja, sintió a Kagome tensarse y sonrió para sus adentros. Al fin la tenía en sus brazos, ahora solo faltaba deshacerse de aquellas escorias.
Kagome lloraba a mares mientras intentaba soltarse de su amarre, sabía lo que le esperaba, había sentido la excitación de aquel hombre rozarle la pierna al momento de lamerle el cuello. Tenia que escapar.
Debía hacerlo.
...
Holiwis pollitos! ¿cómo están?, aquí les traje un nuevo cap! Espero que les haya gustado.
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Las quiero muchooo ❤❤❤
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Enamorada de un psicópata /Sesshome/
FanfictionKagome Higurashi una estudiante de medicina de 19 años empieza a ser acosada constantemente por un desconocido quien comete actos atroces debido a su obsesión. Depues de mucho tiempo logrará hacer que nuestra pequeña niña caiga en sus garras haciénd...