Capítulo 7.
De repente los recuerdos cesaron y un fuerte dolor de cabeza la invadió, empezó a escuchar dos voces lejanas discutiendo pero no podía entender que decían lo último que vio fue la imagen de un enorme perro blanco de ojos carmesí.~
-¡¡Kagome!! - Ese grito lleno de angustia y preocupación la trajo de vuelta a la realidad. Se encontraba en su cuarto con toda su familia mirándola preocupada, Miroku también estaba allí.
-¿Mamá? ¿Que me pasó?- Preguntó algo aturdida.
-Te desmayaste cariño, pero no te preocupes todo va a estar bien. Iré a prepararte un té ¿quieres?- Kagome asintió mientras se tocaba un poco la cabeza. Le dolía bastante, probablemente el golpe al caer había sido fuerte.
Después de que su familia salió, se quedó a solas con Miroku quien la miraba tranquilo.
"¿Miroku? ¿No se supone que estaba enfermo?" Kagome se reincorporó rápidamente y se apresuró a preguntar- ¿Que haces aquí Miroku? ¿No se supone que estabas enfermo?- Lo miró con una ceja alzada.
- Je...pues... resulta que solo tenía resaca.- Contesto nerviosamente mientras se rascaba la nuca.- Y respondiendo a tu primera pregunta tu madre me llamó cuando te desmayaste ¿Quien crees que te trajo a tu habitación? Ya estás pesadita para que tu abuelo y tu madre te carguen.- Kagome lo miro ofendida para luego negar con la cabeza divertida. Miroku la miró interrogante al no recibir ningún insulto o golpe de su parte.
-Ya decía yo que esas ojeras que te cargas no podían ser debido al estudio. - Miroku la miró avergonzado para después reír.
La expresión de Kagome se volvió seria de repente haciendo que su risa parara.
-Miroku ¿viste... el vestido?- El solo hecho de recordarlo le causaba escalofríos.
-¿El vestido? ¡Oh! Si es muy bonito ¿no crees?- Dos opciones o Miroku seguía borracho o enloqueció.¡¿Como qué bonito?! ¡Es un vestido ensangrentado!.
-Miroku ¡¡el vestido está ensangrentado!!- Kagome lo miro molesta ni siquiera sabía porque tenía que darle explicaciones, el vestido hablaba por sí solo.
-Pues lávalo, es ropa y aún sirve.- Levanto los hombros con gesto despreocupado.- Oh debo irme se me hace tarde para ir a la cafetería. Adiós Kagome ¡deberías probarte el vestido!- Se despidió rápidamente y salió de su cuarto dejando a una Kagome impactada ¡¿qué diablos le pasaba a Miroku?!
-"¡¿que lavé el vestido?! ¡¡Esta demente!!" - Kagome se levantó muy molesta y bajo las escaleras apresurada, tomó entre sus manos la caja que contenía el vestido dispuesta a tirarla a la basura pero...algo la detuvo... Algo dentro de ella le decía que se lo quedara, se descubrió a sí misma mirando en interior de la caja con adoración. Y eso la aterró aún más, aún perturbada por ese hecho regreso como Alma que lleva el diablo a su habitación y guardo la caja en su closet, inexplicablemente tenía ganas de probárselo tal y como le había dicho Miroku pero las reprimió.
Decidió que lo mejor sería ignorar el asunto y hacer de cuenta que fue una broma pesada y lo de la modelo fue solo una coincidencia... sí...era lo mejor... lo mejor.
Ella volvería a la universidad, comenzaría a trabajar con Miroku y Sango en la cafetería y seguiría su vida tranquilamente.
Que ilusa era.
Se sentó en su cama mirando a la nada estaba perdida en sus memorias recordando esos sueños extraños, depues de despertar y a medida que fueron pasando los minutos las imágenes de sus sueños se iban borrando de su memoria por más que intentara recordar solo alcanzaba a ver una silueta roja con blanco, el primer sueño que tuvo en el que no vio con quien estaba hablando en aquel claro, lo recordaba a la perfección, todas y cada una de las palabras que le dijo a ese ser se tatuaron en su mente.
Todo era muy extraño.
Ni ella misma comprendía lo que estaba sucediendo.
El resto del día fue tranquilo se quedó en su cuarto mirando, pensando, añorando... no sabía a que o quien pero añoraba algo. Cayó dormida en su cama, ya mañana sería un nuevo día.
Despertó con desánimo uno mucho más pesado que el habitual, su vida siempre había sido muy tranquila y el hecho de que pasaran cosas así la estresaban de sobremanera. No sabía como controlar una situación así.
"muy bien Kagome no te desanimes, hay que ser fuertes" Se levanto un poco más enérgica y se dispuso a arreglarse pasaría por la casa de Sango a ver si ya estaba mejor.
...
-¡¡Kagome!! Que bueno que viniste ¿vamos a la universidad?.-Kagome esperaba que su amiga estuviese mejor debido a que es una chica atlética ¡pero definitivamente no esperaba encontrarla como si nada hubiese pasado!.
-Sa- Sango ¿cómo te sientes? ¿Te duele algo?- Kagome estaba preocupada e impresionada.
-¿Eh? Ah si solo fue un pequeño resfriado nada de que preocuparse.- hizo un gesto con su mano restándole importancia.
-¿Okey? ¿Segura que estas bien?- pregunto algo dudosa y aún algo impactada.
-Sí si ¡¡vamos!!-Sango prácticamente arrastro a Kagome hasta la universidad mientras que hablaba y hablaba sin parar de cosas triviales entre ellas el asunto de los horarios de la cafetería donde trabaja Miroku.
Kagome llegó medio mareada a la universidad, era mucha información para procesar y en muy poco tiempo.
Con pasos más calmados se dirigieron a sus respectivos salones, las clases habían hecho que Kagome se distrajera y olvidara por un momento los horribles acontecimientos de los días anteriores.
Lastimosamente esa tranquilidad duró poco.
Kagome se dirigió hacia su casillero, casi nunca lo utilizaba por lo tanto normalmente este se encontraba vacío, debía estar vacío, ella esperaba encontrarlo vacio, más no fue así.
Una bella muñeca se encontraba en su interior acompañada de otras cosas, sus tan adorados chocolates y otra carta.
La muñeca se parecía demasiado a ella lo cual la aterraba, sin embargo no podía dejar de mirarla, llevaba un uniforme escolar color verde con blanco y un pequeño corbatín rojo, sus cabellos hechos de lana color azabache caían formando pequeños rizos, pero lo que más llamó fueron sus ojos, eran los perlas color azul, tan brillantes que podría jurar que eran piedras preciosas. Era como si esas pequeñas piedritas pudieran ver a través de su Alma, se sentía desnuda frente a esa mirada que no era mirada a la vez, era algo vacío y material ¡pero ella sentía que expresaba tantas cosas! Quería perderse en aquellas piedritas para siempre.
Todo se detuvo.
La muñeca resbaló de sus manos al momento en que sintió la respiración de alguien atrás de ella, se giró rápidamente pero no había nadie en el momento en que soltó la muñeca se dio cuenta de sus pensamientos.
Se asustó.
Esa no era ella.
-Calmate Kagome estas muy paranoica, de seguro fue tu imaginación...si...fue mi imaginación.- Kagome susurraba esas palabras una y otra vez mientras intentaba calmar su agitada respiración, no fue hasta que alzó su vista y la vio otra vez, la pequeña niña que la había abrazado al salir de la librería, ahí estaba, viéndola con una gran sonrisa, sonrisa que no concordaba con sus ojos vacíos, cuando la niña se percató que también la miraba salio a correr como si el mismo satanás la estuviera persiguiendo y sus ojos recuperaron ese brillo travieso e inocente.
Su cuerpo empezó a moverse solo, no tenía control sobre sí, pero algo le decía que aquella niña sabía algo y lo iba a averiguar.
...
Holiwis pollitos bellos, sí lo sé tarde mucho en actualizar, lo siento estuve bastante ocupada, de hecho aún lo estoy ;-; pero no quería seguir retrasando la actualización.
Nos leemos luego byeeeee❤
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Enamorada de un psicópata /Sesshome/
FanfictionKagome Higurashi una estudiante de medicina de 19 años empieza a ser acosada constantemente por un desconocido quien comete actos atroces debido a su obsesión. Depues de mucho tiempo logrará hacer que nuestra pequeña niña caiga en sus garras haciénd...