Eternal Flame

Capitulo # 26

Ambos rubios se acercaron a la chimenea, y tomando polvos flu desaparecieron entre las llamas verdes, para aparecerse en su hogar.

Una vez en casa, Cissa beso la mejilla de su hijo disculpandose para retirarse a su recámara, necesitaba refrescarse.

Draco caminó directo a su despacho, para revisar algunos documentos importantes.

Stuart se apareció con dos bandejas, una de té y pastelillos en una mano y en la otra Wiskey de fuego con 5 vasitos de cristal con hielo.

El rubio sorprendido miró al elfo y le preguntó ¿Para quién son los pastelillos?

— Para los amas Ginebra, Daphne, Pansy y Luna — aseveró Stuart solemne — recuerde amo que ellos lo visitan todos los fines de semana, cuando la Ama Narcisa está en Londres.

— ¡Es cierto! — exclamó Draco, me había olvidado — presumo que vendrán para invitarla a pertenecer al Círculo rojo y verde... Solo espero que Ginebra invite a Hermione.

— Listo —  dijo Luna suspirando al terminar de acomodar el cuello de la camisa de Theo — ¡Estas muy guapo, amor!

Theo sonrió, se acercó más a su esposa para pegarla a su cuerpo y la besó, al cabo de unos minutos se soltaron por falta de aire... Te amo — susurró enamorado.

— Yo también, te amo — susurró Luna para luego robarle otro beso... De tanto fogosidad se olvidaron de la reunión y por unos largos minutos se entregaron al placer que brindaba sus cálidos cuerpos. Poco a poco se fueron acercando a su cama.

Theo levantó su falda hasta la cintura, mientras abría los botones de su blusa para acariciar sus pequeños senos blancos. Luna lo besaba y con sus frágiles manos luchaba con el cinturón de su marido, para sacarle los pantalones, queria acariciar su ereccion  que ya estaba lista para darle el mayor placer de su vida.

Tanto y tanto presionar hasta que logró su cometido, bajo el cierre, pero empezó a jadear cuando sintió los dedos de su marido acariciando sus pliegues ya mojados por la excitacion, Theo no perdió el tiempo sacó su miembro y de una estocada lo hundió hasta el fondo húmedo y caliente de su esposa, los movimientos circulares, los besos y las caricias que se profesaban logró que llegaran al ansiado orgasmo que los dejó exhaustos y muy contentos. Allí se quedaron varios minutos más  recuperando sus fuerzas.

Luna tomó su varita e hizo un hechizo de  limpieza para ambos, se acomodaron sus ropas y salieron de la habitación, antes de caer en la tentación de repetir.

Al llegar a la chimenea Theo se despidió de su esposa.

Blaise suspiraba de aburrimiento en el salón de su casa. Como todo un caballero esperaba que su esposa terminará de arreglarse.

Al salir la pelirroja lo miró exasperada y le preguntó — ¿Qué haces aquí?

— Esperandote pues — respondió el moreno rodando los ojos.

— Y no quedamos que ustedes, los hombres irian primero — refutó Ginny — recuerda que tenemos que ir a ver a Hermione.

— Uff cierto, me olvide — respondió Blaise con un tierno puchero, rascandose la nunca preguntó — ¿Puedo darte un beso de despedida?

Ginny se acercó a su marido colocandose de puntillas, lo tomó del cuello y lo besó. El moreno saboreo con ganas esa boca que tanto le gustaba, jugando con su lengua, lamio sus labios, la tomó de la cintura para profundizar el beso, se soltaron suspirando — no quiero llegar tarde, pero te prometo que tendremos una noche muy interesante al volver ¿Te parece?

— Estoy de acuerdo — dijo su marido. Se acercó a la chimenea y se fue a Malfoy Manor.

Luna y Daphne se aparecieron en la Mansion Zabini, para juntas ir a la casa de Hermione y convencerla de ir a la primera reunión del Círculo.